Seis meses de presidencia Trump; El combate de los militantes trotskistas en los Estados Unidos

La Internacional 7 (junio de 2017)

Entrevista con Alan Benjamin, responsable de Socialist Organizer, sección de la IV Internacional en los Estados Unidos

La Internacional: Trump realizó toda su campaña presidencial sobre el hecho que él iba a “hacer regresar los empleos a América” (*) y “make America great again” ¿Seis meses después de su investidura cuál es la situación?

Alan Benjamin: Trump clamó victoria porque 280 000 nuevos empleos fueron creados desde que él llegó al poder el 20 de enero de 2017. En muchos aspectos estas estadísticas son engañosas. Los nuevos empleos creados son, esencialmente, a tiempo parcial, sin ventajas sociales, sin derechos sindicales, con índices de remuneración horario que se reducen continuamente. Las cifras de la administración -que anuncian un índice de desempleo idílico de 4,5%- esconden la destrucción de los empleos a tiempo completo y las supresiones de puestos de trabajo en los servicios federales, como la Agencia por la protección del medio ambiente (EPA, por sus siglas en inglés).

Pero esto no es todo. Trump prometió que él crearía “millones de verdaderos empleos” gracias a un programa de grandes trabajos financiados por inversiones públicas y privadas. Pero no hemos visto nada de todo eso y es probable que no lo veamos nunca. Los empresarios privados no han adherido a este programa intensivo de trabajos, además de que ningún financiamiento suplementario estaba destinado a los grandes trabajos en el reciente presupuesto. Eran sólo promesas vanas destinadas a atraer el apoyo de los obreros desilusionados en el “Rust Belt” (1)

Trump también había prometido que él impediría que las empresas norteamericanas deslocalicen hacia México. Organizó una conferencia de prensa con la compañía Carrier en el Estado de Indiana para presentar esta medida. Un poco más tarde la prensa reveló que sólamente la mitad de los empleos citados por Trump serían preservados en la dicha fábrica y que Carrier iba a deslocalizar a miles de empleos a México y a otros lugares. Fue sólo una artimaña publicitaria… que a final de cuentas tuvo el efecto inverso del previsto.

Las cifras del desempleo son también manipuladas. Los asalariados que ya no están en las listas de los que buscan un empleo, ya no reciben las subvenciones de desempleo y no son contabilizados como desempleados. Simplemente desaparecen de los registros del gobierno.

Trump no sabe hacer la diferencia entre lo cierto y lo imaginario. El pretende que los Estados Unidos han “hecho grandes progresos para reencontrar su grandeza”. Es pura demagogia. El Wall Street Journal del 17 de julio 2017 observa que el actual Congreso, a mayoría republicana es “el que ha tenido más disfuncionamientos y es el menos eficaz desde la guerra de Secesión”. El artículo muestra de qué manera el impasse que afecta a Washington –debido en primer lugar a la crisis y a las divisiones en el seno del partido de Trump- ha entrabado toda la acción de Trump para aplicar su programa. Esta crisis ha impedido la derogación de la reforma de la salud de Obama (Obamacare) o la desreglamentación financiera (Dodd-Frank) o la promulgación del impuesto sobre los productos importados (que Trump había anunciado para financiar el Muro a lo largo de la frontera entre los Estados Unidos y México), o la aplicación de su reforma fiscal regresiva.

Sobre este último punto, Trump anunció públicamente que él sólamente podría asegurar la reducción de impuestos de 6 200 miles de millones de dólares a favor de los ricos una vez aprobada la derogación de Obamacare; él ya había previsto una reducción de impuestos de 592 miles de millones de dólares para las empresas y los inversionistas en el curso de los próximos veinte años. Los Republicanos al no haber logrado derogar o reemplazar el Obamacare –un fracaso particularmente significativo-, el gran proyecto de reducción de impuestos de Trump está afrontado a nuevos obstáculos.

Igualmente una crisis política: Trump no ha logrado ni siquiera completar la mitad de las nominaciones de puestos de responsabilidad de alto nivel en el seno del ejecutivo.

Wall Street se encontró como “suspendido” en espera de importantes reducciones fiscales prometidas por Trump al gran capital y de su plan cuyo objeto es de acelerar la desreglamentación de los mercados financieros. Pero los signos indican que quizás Trump no podrá mantener sus promesas a los banksters (2), provocando desde ahora ondas de choque en Wall Street. En un primer tiempo, cuando Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), anunció que la Fed empezaría a aumentar los índices de intereses, el Dow Jones empezó a subir. Pero una vez que las proyecciones de crecimiento económico fueron revistas a la baja y que la incertitud se instaló respecto de la volatilidad de los mercados financieros, Yellen dio marcha atrás sobre el alza de los índices de intereses. Todo esto se produjo en una situación en la que la economía evoluciona en un terreno resbaladizo de capitales ficticios y de una especulación descontrolada, reflejando así el impasse del sistema capitalista en agonía.

Por otra parte, a los medios de información norteamericanos no les queda otra que la de esconder el hecho que Trump, a la fecha, conoce la más grande impopularidad nunca registrada en la historia del mandato presidencial. Lo cual hace decir al New York Times del 13 de julio: “Trump ganó la presidencial gracias a un llamado ‘populista’ con miras a hacer de los ‘norteamericanos olvidados’ su prioridad y de dar un empleo a los que, a pesar de la reactivación, siguen penando. Pero nada de eso ha sucedido; la base está mas inconforme que nunca. … Sólo 26% tiene confianza en el Congresos y únicamente 32% apoyan la política de Trump seis meses de haber sido investido”.

La Internacional: ¿Trump acaba de presentar su proyecto de presupuesto, cuáles son las grandes orientaciones?

A.B.: Trump prometió que su presupuesto sería equilibrado (que incluso de hecho tendría un excedente de 16 miles de millones de dólares en 2027). La Comisión de finanzas del Congreso (el CBO), luego de haber examinado el proyecto declaró que las proyecciones de Trump sobre el crecimiento económico eran totalmente irrealistas. Según la Comisión, existe la posibilidad de una pérdida de velocidad brutal de la economía de 2018. Por lo tanto el déficit debería incrementarse y alcanzar los 720 miles de millones de dólares en el curso de los próximos diez años. El razonamiento es el siguiente: mismo si el presupuesto de Trump incluye reducciones masivas en los gastos sociales del país, el presupuesto atribuido a la “defensa” –es decir, el presupuesto de la guerra- y de la seguridad interior se incrementará rápidamente.

El presupuesto 2018 de la “defensa”, el capítulo más importante fue aumentado a 696,5 miles de millones de dólares. En comparación con el presupuesto de Obama es superior de 75 miles de millones de dólares. Según el reporte del National Priorities Project, publicado en mayo de 2017, el gobierno norteamericano ha gastado 7 600 miles de millones de dólares para la seguridad interior y las fuerzas armadas desde el 11 de septiembre de 2001. Y esto ni siquiera incluye los gastos a largo plazo destinados a dar atención médica a los soldados gravemente heridos. Otra partida presupuestaria importante: 2,6 miles de millones de dólares para mejorar la “seguridad de las fronteras”.

Dicho de otra manera, es un presupuesto de guerra contra la clase obrera y los oprimidos en el país y en el exterior.

Vale también señalar la crisis cada vez mas aguda que afecta las finanzas de muchos Estados de la Unión norteamericana que han soportado una drástica reducción de las dotaciones federales, así como una disminución de los ingresos generados a las importantes reducciones de impuestos para los ricos. El Estado de Illinois confrontado a un déficit anual de 6,2 miles de millones de dólares adoptó su primer proyecto de ley de gasto en dos años, luego del más importante estancamiento fiscal desde la guerra de Secesión (uno de los medios utilizados para superar el estancamiento fue de retirar del sistema de jubilaciones de los funcionarios -al cual estos habían contribuido cada mes para asegurarse de una jubilación decente- la considerable suma de 2 mil millones de dólares).

Los Estados de Maine y de New Jersey debieron parcialmente interrumpir el funcionamiento de sus servicios públicos antes de poder adoptar un presupuesto.

La Internacional: Entre las dificultades a las cuales está confrontado Trump encontramos la siguiente: la persistencia, en el marco del Estado burgués, de segmentos de democracia política cuyo origen es la revolución norteamericana, obstaculizando las tentativas de instaurar un poder fuerte previsto por un sector de la burguesía norteamericana. ¿Cuál es la realidad?

A.B.: La crisis política del imperialismo estadounidense se intensifica. Sus instituciones como ustedes lo señalan no son totalmente adaptadas a su papel de gendarme del mundo. EL sistema judicial, por ejemplo, no está totalmente sometido a la presidencia imperial: la novena Corte llama a bloquear elementos esenciales de la prohibición de viajar decidida por Trump e invalida algunos aspectos de la política de Trump contra los inmigrantes.

De cierta manera, el sistema del equilibrio entre poderes y contrapoderes hace que en la Constitución estadounidense es más difícil de crear un sistema neomonárquico del tipo del que Macron quisiera introducir en Francia. Por ejemplo, en los Estados Unidos no existe un artículo 49.3.

El “cuarto poder” –es decir los medios de comunicación- aún tiene la posibilidad de expresar las profundas divisiones existentes en el interior de la clase dominante sobre la manera de cómo dirigir el buque del Estado, a pesar de la desaparición regular de periódicos independientes y la prensa de los grandes conglomerados mediáticos. Esto es lo que explica los ataques casi cotidianas de Trump contra los medios de información, acusados de difundir “falsas noticias”. El caso de las relaciones con Rusia, de los que la prensa ha explicado las diatribas, casi cotidianamente, podría eventualmente hacer caer a Trump. La batalla entre Trump y los más altos responsables del FBI y del Departamento de Justicia, en el transcurso de los últimos seis meses, acapara una gran parte de las energías de la clase dominante: un proceso de destitución fue iniciado por dos representantes californianos del Congreso.

La tradición de las asambleas públicas locales de la población, de la que Tocqueville habló con tanta elocuencia hace 180 años, sigue siendo un elemento primordial de la estructura política. Es un vestigio de un periodo anterior de la historia de los Estados Unidos. El proyecto de Trump de reforma de la salud ha fracasado en gran parte por las decenas de miles de sus partidarios que han arremetido contra sus electos en tales asambleas locales a través del país. Los que en la América rural lo habían apoyado fervorosamente han dejado estallar su cólera ante el proyecto de liquidación del Medcaid, el seguro de salud para los más desfavorecidos.

La cuestión de los “derechos de los Estados” también juega un papel. En la Constitución, los derechos de los Estados representaban una concesión a los Estados esclavistas del Sur. A lo largo de toda la historia de los Estados Unidos, los “derechos de los Estados” han sido enarbolados como medio para oponerse a toda legislación progresista viniendo del gobierno federal. El mejor ejemplo fue el enfrentamiento entre el gobierno federal y los Estados durante las manifestaciones por los derechos cívicos en los años 1960.

Sin embargo, hoy día, los derechos de los Estados son abanderados por algunos gobernadores y parlamentarios de los Estados para oponerse a la política reaccionaria de la administración Trump. Por ejemplo, muchos Estados han hecho respetar su condición de “Estado Santuario” –gracias a la cual las autoridades de los Estados y las municipalidades, así como los servicios de policía, se niegan a colaborar con el Servicio aduanal y de inmigración (ICE)- contra las directivas de Washington. Esto ha provocado situaciones inéditas. En Texas, la administración Trump amenaza con retirar sus financiamientos e incluso sancionar con penas severas de prisión a todo responsable a nivel de la ciudad o del Estado que se niegue a aplicar sus directivas que se refieren a los problemas de “seguridad” relacionados con la inmigración.

Pero este es solo un aspecto del problema. A pesar de que muchos segmentos de democracia política existen todavía y favorecen la agravación de una crisis en la cumbre del poder, son roídos. Los Patriot Acts (*) 1 y 2 han duramente reducido los derechos democráticos. Militantes pacifistas son separados de las líneas aéreas comerciales si su indumentaria incluye camisetas con inscripciones contra la guerra. El imperativo de “seguridad nacional” ha dado al Estado el derecho de atacar los derechos fundamentales inscritos en la Declaración de los Derechos, el Bill of Rights (las diez primeras enmiendas a la Constitución).

De tal manera, si en ciertos aspectos la política imperialista norteamericana se topa con obstáculos, el poder destructor del imperialismo continúa provocando estragos y las víctimas son la clase obrera y los pueblos oprimidos a través del mundo, incluyendo los de los Estados Unidos.

La Internacional: La Internacional n° 5 publicó un artículo sobre la expansión de la economía del armamento, factor de destrucción de las fuerzas productivas. Trump anunció querer aumentar los gastos militares de 54 miles de millones de dólares, hizo firmar jugosos contratos en particular a Arabia Saudita, en previsión de una futura guerra contra Irán. También existen las amenazas sobre Corea del Norte y el anuncio del envío de 5 000 soldados suplementarios a Afganistán. ¿Cuáles son las grandes tendencias de la política extranjera de Trump?

A.B.: En parte, Trump ganó la elección presidencia en base a su pretensión de ser “aislacionista” –dicho de otra manera, él prometió retirar a los Estados Unidos de todos los puntos álgidos del globo y concentrar su energía para crear empleos y “hacer que los Estados Unidos sean grandiosos nuevamente”. El pueblo estadounidense está cansado de todas estas guerras realizadas fuera de sus fronteras y él las considera como sospechosas. Los sucesivos sondeos continuamente revelan el predominio de este sentimiento anti-guerra entre la mayoría de la población. Mucha de la gente común dice simplemente: Se ha gastado un dineral (aproximadamente 1 260 miles de millones de dólares han sido gastados únicamente en Iraq y en Afganistán) y no por eso el mundo no tiene más seguridad: de hecho es mucho más peligroso.

El pretendido “aislacionismo” de Trump es pura fantasía. Tal como lo señale anteriormente, Trump ha aumentado el presupuesto de guerra a un nivel jamás alcanzado. Además, el Congreso, controlado por los Republicanos no sólo no se ha contentado del aumento de 54 miles de millones de dólares propuesto por Trump, sino que incrementó los gastos de 72 miles de millones de dólares para el ejercicio presupuestal de 2018.

Tal como lo demostró el desfile militar del 14 de julio en París, presidido por Macron y Trump, el imperialismo norteamericano continuará insistiendo a sus “aliados” para que asuman una parte más importante del costo de las intervenciones militares a través del globo, y al mismo tiempo insistiendo en el derecho del gobierno de los Estados Unidos para intervenir en cualquier parte, cada vez que él lo considere apropiado. Por ejemplo, Trump ejerce actualmente una presión sobre China para que ella “frene” a Corea del Norte, al mismos tiempo que reactiva la maquinaria de guerra contra Corea del Norte con los nuevos mísiles Thaad (*).

Al mismo tiempo Trump incrementa el envío y la venta de armas a Arabia Saudita (110 miles de millones de dólares para el ejercicio presupuesta de 2018), con el objetivo de utilizar las tropas intermediarias para intervenir en los territorios vecinos, en particular en Irán y en Siria. Y el apoyo norteamericano al Estado sionista de Israel y su guerra de aniquilación contra el pueblo palestino es incesante; incluso ha desaparecido el aparente apoyo a la pretendida solución de dos Estados.

Las guerras de los Estados Unidos fuera de las fronteras se exacerban y corren el fuerte riesgo de transformarse en explosivas en muchas regiones a través del mundo.

La Internacional: En la Carta de Información del Comité Obrero Internacional (COI), varios militantes sindicalistas —Nancy Wohlforth, Donna Dewitt, Gene Bruskin– criticaron el hecho que el anunció de Trump de aumentar el presupuesto militar norteamericano de 54 miles de millones de dólares no provocó ninguna crítica en las cumbres de la AFL-CIO. ¿Los trabajadores norteamericanos ahora serían favorables a la política de guerra sin cuartel iniciada por Bush en 2001 y continuada y agravada por Obama y luego por Trump?

A.B.: El hecho que las cumbres de la AFL-CIO no hayan pronunciado ni una palabra sobre la escalada militar y el aumento de los gastos de armamento en el proyecto presupuestal de 2018 de Trump ha sido vivamente criticado en los Estados Unidos por dirigentes del movimiento anti guerra y de sindicatos. Los responsables del US Labor Against the War (USLAW), la coalición del movimiento sindical contra la guerra, se preguntaron cómo el presidente de la AFL-CIO, Richard Trumka, esperaba la creación de empleos y la preservación de la enseñanza y de los servicios públicos cuando los “dólares de la paz”, son desviados hacia las fuerzas armadas.

Una declaración del USLAW señaló que el silencio de los altos dirigentes de la AFL-CIO sobre este problema “contradicen la propia declaración del Consejo Ejecutivo de la AFL-CIO de agosto de 2011, que afirma que ‘la militarización de nuestra política extranjera se ha revelado como un costoso error. Ya es tiempo de invertir en nuestro país’ ”.

Los militantes y simpatizantes del USLAW se preparan a someter una serie de resoluciones contra la guerra en la próxima Convención del AFL-CIO en San Luis, Missouri. No! El pueblo estdounidense no apoya las guerras realizadas en el mundo en nombre del “combate contra el terrorismo”. En la historia norteamericana reciente, el índice de abstención ha sido sólamente una vez superior al de la elección presidencia de 2016. El pueblo rechazó las candidaturas gemelas de la guerra y de la explotación; quizás que para muchos ciudadanos Trump apareció como el mal menor y Hillary Clinton como el ave de rapiña.

La Internacional: Una importante delegación de militantes obreros y negros estuvo presente en Mumbai (3) y son parte del Comité Obrero Internacional, que ha puesto en el centro de su constitución la lucha contra la guerra. ¿Qué iniciativas pueden ser previstas para invertir la tendencia al acompañamiento de estas intervenciones imperialistas?

A.B.: A la iniciativa de simpatizantes del Comité Obrero Internacional fueron adoptadas resoluciones sindicales –y acciones organizadas-contra las guerras y las intervenciones norteamericanas en Siria, en Afganistán, en Iraq, en Corea del Norte y en Venezuela (donde los agentes norteamericanos fomentan un golpe de Estado contra el legítimo gobierno de Nicolás Maduro).

No obstante la importancia de estas acciones, no se ha estado a la altura de lo que se requiere para retener la mano de los promotores de guerra norteamericanos. Como Socialist Organizer, sección del CORCI en los Estados Unidos, hemos estudiado las razones por las cuales no hay acciones de frente único de masa en la calle como existieron durante la guerra de Vietnam. Existen muchas razones objetivas a esto –la principal el fin de la conscripción y el regreso a un ejército de voluntarios.

Pero también hay importantes razones subjetivas. La primera es el rechazo de la dirección del movimiento obrero norteamericano de ponerse a la cabeza del combate contra las guerras de los Estados Unidos. Por otro lado, las principales coaliciones de movimientos contra la guerra siguen empantanados en ásperas luchas sectarias, un gran número de ellas tiene su origen en las posiciones políticas que, a partir de puntos de vista muy diferentes, dan la espalda a la simple e indiscutible consigna: ¡“Retirada inmediata de las tropas norteamericanas”!

Algunas coaliciones quieren aumentar a esta exigencia un llamado a apoyar el régimen de Assad, lo cual evidentemente es inaceptable. A la inversa, otras quieren añadir el llamado a poner fin a toda intervención extranjera en Siria, poniendo así, en un mismo plano la intervención de Rusia, y de Irán y la de los Estados Unidos, lo cual les conduce a llamar a un apoyo a las fuerzas (islamistas en particular), financiadas por los Estados Unidos –lo cual también es inaceptable.

El Labor Fightback Network (LFN- Red de Resistencia Obrera) se formó, en parte, con el objetivo de forjar la unidad del movimiento estadounidense contra la guerra a partir de las consignas: ¡”Retirada inmediata”, “Dinero para los empleos no para la guerra”. En la tercera conferencia del LFN el 21, 22 y 23 del mes de julio fue adoptada una resolución llamando a desarrollar el combate contra la guerra en base al frente único. Los representantes de varias grandes coaliciones contra la guerra estuvieron presentes.

La Internacional: Durante la elección presidencial y conformemente a su política del “menor mal”, la dirección de la AFL-CIO había apoyado a Hillary Clinton, candidata del Partido Demócrata y candidata oficial de Wall Street. Después de la elección de Trump centenas de miles de trabajadores norteamericanos manifestaron el 19, 20 y 21 de enero 2017, para expresar su rechazo a diferentes aspectos de la agenda reaccionaria de Trump (contra los trabajadores inmigrantes, contra la privatización de la enseñanza, etc.). Pero la dirección de la AFL-CIO estuvo ausente. Luego Trumka se entrevistó en la Casa Blanca con Trump y anunció su voluntad de cooperar con él. No obstante, el programa de Trump incluye la extensión de los programas “Right to work” (supuestamente el “Derecho a trabajar”), cuyo objetivo es destruir al movimiento sindical. ¿Cuál es hoy la situación?

A.B.: La expresión masiva de cólera y la resistencia a los proyectos reaccionarios de Trump ha superado ampliamente todo lo esperado. Se estima en más de 3 millones el número de personas que participaron en estas iniciativas del 19 y del 20 de enero en más de 250 ciudades de la nación norteamericana. En muchos hubo secciones sindicales que estuvieron presentes. Centenas de miles de sindicalistas también salieron a la calle, pero la inmensa mayoría de ellos no estaban en los cortejos sindicales organizados.

El gran ausente era el movimiento obrero organizado, cuyos dirigentes estaban en una entrevista con Trump en Washington, ofreciendo su apoyo a su pretendido plan de “creación de empleos” –pura y simplemente una ficción- y a su proyecto de “reformar” el sistema de inmigración con el objeto de “proteger a los trabajadores norteamericanos”, volviendo así a posiciones retrógradas a las cuales la AFL-CIO había renunciado a finales de los años 1990.

Debo añadir que, durante estas reuniones, los altos dirigentes sindicales no cuestionaron ni un solo momento la voluntad de Trump de generalizar la legislación “Right to work” a todo el país a través de su proyecto de ley federal del mismo nombre: se trata de un ataque explícito a gran escala cuyo objetivo es hacer desaparecer al movimiento obrero organizado en los Estados Unidos.

Tenemos aquí un anticipo de lo que nos espera al ver lo que sucede en el Sur de los EE.UU donde la legislación ‘Right to work” ha existido desde los orígenes del movimiento sindical. El índice de sindicalización es de aproximadamente del 3% de la mano de obra: las huelgas y las acciones en los lugares de trabajo son inexistentes. La explotación no tiene límites. Las multinacionales que han estado confrontadas a campañas de sindicalización en México o en Corea están deslocalizando en el Sur de los Estados Unidos, donde no hay sindicatos y los beneficios pueden incrementarse a voluntad.

El Estado de Wisconsin también nos da una idea de lo que nos espera. Los funcionarios, a fines de los años 1940 y principios de los años 1950 se sindicaron masivamente. Después de la traición del Partido Demócrata durante la rebelión de Wisconsin en 2011, la contraofensiva de la derecha fue despiadada. El gobernador Scott Walker y el parlamento republicano del Estado hicieron pasar la ley “Right to work” y la cantidad de sindicados se derrumbó en el Estado, abriendo la vía a la destrucción generalizada de las escuelas públicas y de los servicios sociales. Después, la ley “Right to work” es aplicada en el corazón industrial de Michigan.

Fue un escándalo, ampliamente denunciado en la base y en las categorías intermedias del movimiento sindical, al ver a Trumka y a los dirigentes de los sindicatos de la construcción reunirse en Washington para aportar su “apoyo crítico” al programa anti obrero de Trump.

La Internacional: A pesar de esta política de acompañamiento de las cumbres, existen resistencias a todos los niveles en el movimiento sindical. ¿Ya que tu mismo eres un militante del movimiento sindical en California, puedes explicarnos el significado del: “comité de resistencia” que la California Federation of Labor acaba de crear?

  1. B.: Se ha generalizado una resistencia tenaz en todos los niveles del movimiento sindical norteamericano. Pero se acompaña de una gran inquietud. En decenas de ciudades a través del país, los comités obreros de resistencia han sido constituido por las uniones locales y con secciones del movimiento Jobs with Justice (Empleos con Justicia), con el objeto de combatir todas las directivas antiobreras de Trump. En San Francisco, el Consejo Laboral de la ciudad forma parte de este comité, que se dedica a defender a los trabajadores inmigrantes, a poner un alto a la privatización de la enseñanza pública suscitado por la Secretaria a la Educación Betsy DeVos, y a promover a través de un auténtico programa de creación de empleos pagados correctamente a los trabajadores de construcción, y para combatir el “Right to work.”

El 28 y 29 de junio una reunión de la cumbre de los comités de resistencia del Estado tuvo lugar en Los Ángeles para organizar la resistencia a la ley “Right to work”, a nivel de toda California. Aproximadamente 800 delegados electos provenientes de todo el Estado estuvieron presentes para participar en la reunión. Fue un evento positivo: una primera tentativa para centralizar la resistencia. El orador principal fue el presidente de la AFL-CIO, Richard Trumka.

No obstante, la reunión en sí fue muy decepcionante. En vez de preparar el combate para frenar el desmantelamiento de los sindicatos utilizando la ley “Right to work”, Trumka y la dirección de la AFL-CIO de California sólo se preocuparon de la manera cómo los sindicatos deberán organizar a los nuevos adherentes una vez que la “Right to work” haya sido adoptada por el Congreso republicano y validada por la Suprema Corte con mayoría republicana. Dicho de otra forma, reconocieron su derrota incluso antes de haber librado el combate.

Lo que dijeron los sindicalistas reunidos en Cleveland para la Conferencia de la red de resistencia obrera (LFN) es que las condiciones están maduras –teniendo en cuenta la profunda crisis en la cumbre del poder político en Washington y teniendo en cuenta los movimientos masivos de resistencia en la calle– para que los sindicatos pasen a la ofensiva y organicen jornadas nacionales de acción y huelgas para frenar la “Right to work” –en conjunto con los aliados del movimiento sindical en el movimiento popular, porque cuando los sindicatos son destruidos, también son destruidos los salarios y las condiciones de trabajo para todos los asalariados que sean o no sindicados.

El plan de inacción propuesto por Trumka en Los Ángeles es desmovilizador y derrotista. Sin embargo este escenario es contradicho por un número creciente de sindicalistas en todos los niveles, que no están satisfechos de las respuestas aportadas por esos que están a la cabeza del movimiento sindical.

La Internacional: Actualmente, Trump, que había prometido suprimir el Obamacare se encuentra en dificultades. El próximo mes de octubre, en la ciudad de San Luis (Missouri) tendrá lugar un congreso de la AFL-CIO, ¿de que manera se plantea el problema vital, que es la salud, para los trabajadores norteamericanos y qué es lo que está en juego en este congreso?

  1. B.: El problema del sistema de salud –de la absoluta necesidad de ganar el Single Payer (4)– está en el centro de la situación política en los Estados Unidos. El momento es propicio, cuando se ven las disensiones entre los Republicanos y cuando en el movimiento sindical son innumerables los militantes del Single Payer, para pasar a la ofensiva para obtener el Single Payer. No existe otra solución a la crisis del sistema de salud salvo la de extender el Medicare (un sistema Single Payer que funciona bien para las personas mayores a los 65 años de edad) para todo el mundo, cualesquiera que sea su edad.

La convención nacional de la AFL-CIO se reunió en Pittsburgh en octubre de 2009 y votó su apoyo al Single Payer. Fue un momento importante. Pero apenas la AFL-CIO había aprobado esta resolución a favor del Single Payer que ella lo dejó de lado, decidiendo a través de un voto de apoyar y hacer campaña por el Obamacare, sistema fundado a partir de un seguro por enfermedad ampliada, que es un seguro privado (y oneroso). Trumka declaró: “A largo plazo estamos a favor del Single Payer, pero no es un objetivo que pueda realizarse en este momento, por esto debemos avanzar por etapas apoyando la ley sobre un sistema de salud abordable (Obamacare)”.

Esto luego condujo a la dirección de la AFL-CIO a aportar su apoyo a la decisión del comité nacional del Partido Demócrata reunido en julio de 2016 por la Convención de Filadelfia de prohibir toda discusión sobre el Single Payer en la convención, so pretexto que ésta podría ser perjudicial para la campaña de Hillary Clinton y sus posibilidades de ganar la investidura del Partido Demócrata y la presidencia. Vale decir que los partidarios de Bernie Sanders habían hecho del Single Payer el principal eje de campaña, se sintieron traicionados por el comité nacional del Partido Demócrata y por las cumbres del movimiento sindical.

Pero igualmente en este caso la historia no se termina ahí. Los partidarios del Single Payer manifiestan masivamente en las calles en todo el país. En ese momento proponen iniciativas fundadas sobre el Single Payer a nivel de los Estados (como el proyecto SB 562 del Senado de California) y constituyen coaliciones y forman alianzas para avanzar sobre esta cuestión. La campaña obrera por el Single Payer (Labor Campaign for Single Payer Healthcare), que recibió el apoyo de dirigentes sindicales de alto nivel en más de veintiocho Estados y centenas de uniones locales, es una de las corriente más dinámicas del movimiento obrero. Y se fortalece cotidianamente.

La Internacional: Uno de los aspectos más brutales de la política de Trump contra la clase obrera es la agravación de la política iniciada bajo Obama de expulsión de centenas de miles de trabajadores inmigrados, que habían huido de México y de América Central debido a los desastres provocados por los Tratados de Libre Comercio, el desarrollo de la economía mafiosa de la droga, etc. Esta política se concentra con el anuncio de Trump de la construcción de un muro en la frontera mexicana, justo cuando en México se incrementa la movilización obrera y popular contra el gobierno de Peña Nieto. ¿Qué discusiones y elaboración común han realizado Socialist Organizer y los militantes mexicanos del comité del CORCI de México, qué iniciativas habéis decidido?

  1. B.: Es un problema capital para nosotros, de los dos lados de l frontera. Durante la conferencia de la Red de Resistencia obrera (LFN) en Cleveland se hizo público un llamamiento firmado por 100 militantes obreros, campesinos, jóvenes, políticos y sindicales, la mitad de México y la otra mitad de los Estados Unidos, entre ellos el compañero Baldemar Velazquez, uno de los organizadores del FLOC, el sindicato de obreros agrícolas de los Estados Unidos. Permítanme citar algunos extractos de este llamado:

“Hoy en día, Donald Trump –en un camino abiertamente racista para utilizar como chivos expiatorios a los inmigrantes por todos los males de una economía corporativa fallida de E.U.–  está proponiendo construir un muro sobre toda la frontera e incrementar el número de deportados a más de 700, 000 por año, más del doble de la cantidad de la administración de Obama.  

Este Muro de la Vergüenza, como es llamado en ambos lados de la frontera, es el resultado de más de 20 años de políticas de libre comercio (TLCAN y TLC-Centroamérica y República Dominicana, en particular) impuestas por Estados Unidos que han destruido la economía de México, volviendo una nación soberana en una gran maquiladora de explotación de paso para las corporaciones trasnacionales.

Estas políticas han obligado a millones de mexicanos y centroamericanos campesinos, trabajadores y jóvenes a huir hacia los Estados Unidos con la esperanza de encontrar una forma de alimentar a sus familiares.

En México, el TLCAN ha sido el arma principal de las corporaciones transnacionales para promover las llamadas “reformas” dirigidas a la privatización de las carreteras, la empresa nacional del petróleo (PEMEX), telecomunicaciones, electricidad, minería, educación pública, y otras empresas y servicios, incluyendo el seguro social. El TLCAN destruyó la producción agrícola nacional; hoy el 45% de lo que se consume en México de productos básicos viene del extranjero. México ahora depende de los Estados Unidos de frijol, maíz, arroz, azúcar, y harina. El TLCAN también destruyó la industria de la carne; Las importaciones de carne de E.U. han crecido un 750% en los últimos 25 años. (…)

El Muro de la Vergüenza y el TLCAN representan un asalto a la soberanía y el pueblo de México, pero también representan un asalto a los trabajadores y comunidades enteras de Estados Unidos, donde trabajos de tiempo completo con prestaciones han sido destruidos y los sindicatos han sido desmantelados bajo las amenazas de los patrones de cerrar y relocalizar las plantas a países con salarios más bajos al sur de la frontera. (…)

Trump está a favor de “renegociar el NAFTA”, pero sólo para beneficiar a las empresas estadounidenses, NO para beneficiar a los trabajadores en México o los Estados Unidos. El nuevo acuerdo que Trump está impulsando sólo profundizará los ataques contra los trabajadores y sus organizaciones, principalmente a los trabajadores organizados.

Mientras tanto, en México, Peña Nieto ha nombrado a Luis Videgaray como su secretario de Relaciones Exteriores; Él es el hombre que estará “renegociando” el TLCAN. Videgaray es el hombre de Wall Street en México (…)

Más que nunca, los trabajadores y los jóvenes necesitan unirse a través de la frontera y en una lucha independiente para derribar el Muro de la Vergüenza, detener el TLCAN y detener y revertir todas las políticas emanadas de la agenda corporativa del “libre comercio”. Tenemos los mismos intereses, y estamos librando las mismas luchas para proteger nuestros derechos como trabajadores.

Para promover esta lucha transfronteriza, los abajo firmantes, sindicalistas y activistas, hacemos un llamamiento a nuestras hermanas y hermanos de ambos lados de la frontera para que apoyen este llamamiento y lo promuevan lo más ampliamente posible entre nuestras organizaciones laborales y comunitarias. Trabajemos juntos para construir una conferencia binacional de base amplia alrededor de estas demandas comunes, la fecha y el lugar a ser determinado por los signatarios iniciales.

  • ¡Abajo el Muro de la Vergüenza!
  • ¡No más deportaciones!
  • ¡Alto al TLCAN y Tratado de Libre Comercio de Centroamérica!
  • ¡Alto a todas las privatizaciones y contrarreformas!
  • ¡Defendamos los derechos de los trabajadores a sindicalizarse y al contrato colectivo de trabajo en ambos lados de la frontera!”.

La Internacional: Todos los problemas que hemos evocado nos conducen a una pregunta: ¿Frente a Trump, expresión de la profunda crisis del régimen capitalista tanto en el mundo como en los Estados Unidos, la clase obrera norteamericana no dispone de una representación política? Sus dirigentes sindicales siguen estando ligados al Partido Demócrata, es decir a uno de los dos partidos de la burguesía norteamericana. ¿La perspectiva de un Labor Party –partido obrero apoyado en el poderoso movimiento sindical- que formulaba León Trotsky en sus discusiones con los dirigentes del SWP (Socialist Workers Party) a finales de los años 1930 continúa estando de actualidad?

  1. B.: La necesidad de un Labor Party apoyado en los sindicatos y ligado al combate por un partido negro independiente, sigue vigente, más que nunca. El movimiento sindical continúa teniendo una fuerza, a pesar de estar muy debilitado ya que desde hace décadas él se sometió al Partido Demócrata, el movimiento sindical continúa siendo una fuerza temible. Y su fuerza potencial si se libera de su subordinación a los Demócratas, puede crecer de manera exponencial.

Un ejemplo elocuente es la elección de 2016, los sindicatos gastaron 400 millones de dólares para apoyara Clinton. El SEIU, a él solo, puso sobre la mesa 70 millones. Según las cifras de la AFL-CIO, los sindicatos movilizaron a decenas de miles de militantes que fueron de puerta en puerta y visitaron 9,5 millones de hogares, gastaron 40 millones para hacer que se inscribieran nuevos electores en las listas electorales.

Los sindicatos se movilizaron para apoyar a la verdadera candidata de Wall Street rechazada por la una inmensa cantidad de sindicalistas; Hillary Clinton apenas obtuvo más votos que Trump, entre los sindicatos. Esta campaña de Clinton fracasó. Pero es un hecho que el descontento en las bases y sectores medios es enorme, y que las fuerzas existen aún hoy podrían ser puestas al servicio de una acción política independiente de la clase obrera.

Como lo hemos repetido en múltiples ocasiones en los editoriales de The Organizer, el principal obstáculo al que están confrontados los trabajadores de este país son las direcciones de los sindicatos –las únicas organizaciones que representan y organizan a los trabajadores en una base de clase- que se subordinan al Partido Demócrata. Es por esto que una de las tareas centrales a la cual deben dedicarse los militantes obreros independientes es la de ayudar a los sindicatos a liberarse de esta dominio.

Es por esto que los trabajadores buscan otras soluciones.

Nnamdi Scott se presentó como candidato obrero negro independiente a las elecciones municipales de Baltimore y obtuvo prácticamente el 10% de votos con una campaña reducida al no disponer de mucho dinero De lo que tenemos necesidad es que existan en 2018 decenas de campañas como la de Nnamdi Scott en todo el país

Tenemos necesidad de un Comité de organización nacional dirigido por sindicalistas, por Negros y Latinos que defiendan una nueva estrategia política para el movimiento obrero organizado. Tal comité, adoptando el modelo del Labor Party Advocates (7) sería el campeón de acciones de resistencia de masa independientes en la calle, pero su principal objetivo sería de lanzar auténticas candidaturas independientes en base a los sindicatos y las organizaciones populares para las elecciones locales en el 2018.

Hace tres años, después de la debacle del Partido Demócrata en las elecciones del medio-término del 214, 19 sindicalistas en el Estado de Ohio, a iniciativa del ahora difunto fundador de la Red de Resistencia Obrera (LFN) Jerry Gordon, enviaron una carta abierta al Consejo Laboral de Cleveland para exigir que presentaran candidatos obreros y populares en las próximas elecciones. Su mensaje es hoy de una candente actualidad. Un ejemplo de lo que escribían:

En el momento en que calculamos la enorme derrota sufrida por el movimiento obrero durante las elecciones del 4 de noviembre de 2014, es imperativo revisar nuestra estrategia electoral. A nuestro parecer, es necesario que el movimiento sindical-con nuestros aliados de las organizaciones populares- presenten candidatos par las funciones electivas locales y no debemos contar con ningún partido político para hacer en nuestro lugar lo que nosotros mismos debemos hacer (…).

La gente esta harta de los dos grandes partidos y claramente rechazaron al Partido Demócrata el 4 de noviembre, un partido que continuamos apoyando en cada elección, con nuestro dinero y con nuestra acción militante. ¡Ya es tiempo de cambiar! ¡Ya es tiempo de construir una verdadera alternativa!

Como por parte del movimiento sindical y de sus aliados, falta una voz que se haga escuchar para criticar al gobierno durante las elecciones, resulta entonces que los grandes capitalistas y sus lacayos políticos monopolizan la situación y que Wall Street descorchó el champaña para celebrar los resultados de las elecciones del 4 de noviembre.

Para los sindicatos se vislumbran días sombríos. De lo que tenemos necesidad urgentemente, es que el movimiento en su conjunto discuta sobre lo que se debe hacer para ganar una verdadera influencia sobre el terreno político y electoral. Que los que quieran quedarse con los Demócratas (o que quieran dirigirse hacia el Partido Republicano antisindical) digan lo que tengan que decir. Que los que quieren una acción política independiente basada en los sindicatos y las organizaciones populares, también puedan hacer escuchar su voz.

Es por esto que nosotros esperamos ansiosamente que la federación sindical AFL-CIO North Shore organice un debate en los próximos días”.

Ya es tiempo de volver a esta “carta abierta” y transformarla en resoluciones a ser sometidas en los sindicatos y en las unciones locales en todo el país. Ya es tiempo de organizar una amplia conferencia dirigiéndose a los sindicatos y a los oprimidos para defender la idea de presentar candidatos independientes en nombre de los sindicatos y de las organizaciones populares y para que las discusiones se orienten hacia la necesidad de construir un nuevo partido político de la mayoría laboriosa, un partido anclado en los sindicatos y las organizaciones de los oprimidos.

Esta es la perspectiva que un gran número de entre nosotros ha propuesto en la conferencia del LFN en Cleveland del 21 al 23 de julio, perspectiva que fue aprobada por la propia conferencia.

La Internacional: La cuestión negra en los Estados Unidos siempre ha sido considerada por los marxistas como una cuestión nacional particular, no solucionada. El SWP (8), antes de degenerar, había adoptado un manifiesto ¡“Freedom Now”! que trataba de formular la posición de los marxistas sobre la cuestión negra y la perspectiva de un partido negro independiente. The Organizer, durante el último tiempo, ha dado la palabra a militantes, en particular del UPPP (9) de Baltimore que presentaron una candidatura obrera negra independiente a las elecciones. Ellos estuvieron presentes en Cleveland. ¿Qué perspectiva para la acción política negra independiente?

  1. B.: Efectivamente como lo explica el manifiesto “Freedom Now” de 1965 uno de los principales elementos del combate por la unidad de la clase obrera y la acción política independiente, es la lucha de liberación negra y más precisamente, la lucha por un partido negro independiente.

El asesinato de Michael Brown en Ferguson marcó el inicio de un levantamiento de masa contra la violencia policiaca fundada sobre la afirmación que la vida de los negros tiene una importancia. Un nuevo movimiento por los derechos cívicos está cristalizando. Estamos al inicio de una larga lucha que debe extirpar la supremacía blanca y un sistema basado sobre el racismo.

Un estado de sitio existe en la “América Negra”: desempleo masivo que recuerda el de la época de la depresión, encarcelamiento masivo, violencia policiaca endémica – con cuestionamiento o liquidación de muchas de las conquistas arrancadas en la época de la lucha por los derechos cívicos. El derecho de voto es atacado y la desigualdad de ingresos afecta a los negros en una proporción desproporcionada.

La austeridad y los ataques contra el empleo en el sector público se han traducido en un nuevo retroceso del nivel de vida de la población negra. Debido a la historia y a un sistema de discriminación en el sector privado, los negros tienen más oportunidades –por lo menos 30% de más- de encontrar un empleo en el sector público. Los recortes presupuestarios de la “gran recesión” (2008) tuvo efectos devastadores sobre una población ya vulnerable.

La lucha contra las brutalidades policíacas y el racismo es una tarea urgente.

La supremacía blanca ha sido y sigue siendo la principal causa de la división en el seno de la clase obrera de los Estados Unidos. Para ayudar a superar este obstáculo debemos combatir para que el movimiento obrero defienda el derecho del pueblo negro a disponer de sí mismo.

Esto exigirá romper con el Partido Demócrata.

La lucha por un Labor Party –integrando el combate por un partido negro independiente ligado a la lucha por un Labor Party- sigue siendo hoy para los trabajadores de los Estados Unidos y sus organizaciones, en común con sus aliados oprimidos, el principal medio para liberarse del yugo de los partidos capitalistas.

Una delegación formada por tres representantes del equipo de campaña de Nnamdi Scott participó en la Conferencia de Cleveland donde ella explicó que lo que se necesita son decenas de campañas como la de Nnamdi Scott en todo el país en 2017 y en 2018. Su mensaje: “Debemos ser muy audaces para ofrecer a la clase obrera otra solución que no sean los Demócratas”.

La Internacional: La Internacional n° 6 fue difundida en los Estados Unidos y las Notas preparatorias a la Conferencia Mundial del CORCI de noviembre de 2017 han sido leídas y ampliamente comentadas, no solamente por los militantes de Socialist Organizer, así como por otros que conocen y apoyan a la IV Internacional desde hace años. ¿En pocas palabras, cuáles son las reacciones respecto de este documento?

  1. B.: Globalmente, las reacciones han sido extremadamente positivas. Los compañeros tienen deseos de explorar las raíces políticas de la crisis y más particularmente de la adaptación de la CCI a las cumbres de la burocracia sindical. Esto también ha suscitado una discusión sobre los partidarios del comité de correspondencia de Brasil, que hizo bloque con la dirección de Lula del Partido de los Trabajadores en el seno de un agrupamiento común dando así la espalda al programa histórico de la IV Internacional. También ha habido reuniones de simpatizantes de Socialist Organizer con el objeto de discutir de esta cuestión planteada el n° 6 de La Internacional.

La Internacional: Cien años después de la revolución de Octubre de 1917 Socialist Organizer decidió celebrar en los Estados Unidos conferencias educativas dedicadas a la actualidad de Octubre 1917.

La revolución de Octubre había provocado una agitación entre el movimiento obrero importante en los Estados Unidos, como en todos los países. ¿Pero octubre 1917…, hoy en 2017 en los Estados Unidos, tiene todavía algún sentido? ¿Y si es así, de qué se trata?

A.B.: El libro Los Diez días que sacudieron al mundo del periodista John Reed contribuyó al impacto de la revolución rusa entre los trabajadores y militantes de los Estados Unidos. La “cuestión rusa”, como se decía, estuvo en el centro de la lucha que, en el seno del Partido Comunista norteamericano condujo finalmente a James P. Cannon y sus partidarios a romper con el PC y fundar el movimiento trotskista en los Estados Unidos a finales de los años 1920. Durante más de setenta años, el debate sobre la Unión Soviética y la política de la burocracia soviética estuvo en el centro de los conflictos en el seno de los movimientos obreros y revolucionarios.

La mayor parte de los grupos de izquierda en los Estados Unidos afirman ahora, con la desaparición de la Unión Soviética, que las lecciones de la revolución de Octubre ya no son de actualidad. Nosotros estamos en total desacuerdo con ellos. El callejón de salida del sistema capitalista plantea con muchísima más fuerza la alternativa de socialismo o barbarie.

Socialist Organizer reunirá una conferencia educativa en el curso del verano para poner en evidencia la actualidad de la revolución rusa para los trabajadores y jóvenes de hoy día.

Esta entrevista fue realizada al margen de la Conferencia Nacional de Labor Fightback Network que tuvo lugar en Cleveland (Ohio) del 21 al 23 de julio de 2017.

Notes:

(*) Es decir a los Estados Unidos. Y (hacer que los Estados Unidos sean grandiosos nuevamente) –ndlt

(1) El “Rust Belt” es decir “el cinturón de óxido” región del noreste de los Estados Unidos que va desde Chicago a la costa del Atlántico bordeando los Grandes Lagos, llamada así debido a la desindustrialización que la afecta desde los años 1980

(2) “Bankster”, es un neologismo formado por las palabras “banquero y gangster” que designa a los especuladores corruptos.

(*) “Patriot Act”, Acta Patriótica basada en el argumento de que, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el pueblo norteamericano debía elegir entre su seguridad y sus derechos constitucionales –ndlt.

(*) Thaad (Terminal High Altitude Area Defense) puesto en servicio desde 2012 –ndlt).

(3) Del 18 al 20 de noviembre de 2016 en Mumbai (India), se reunió la Conferencia Mundial contra la guerra, la explotación y el trabajo precario, reuniendo a centenas de delegados provenientes de todo el mundo y que constituyeron el Comité Obrero Internacional contra la guerra y la explotación, por la Internacional Obrera (COI).

(4) Single Payer designa un sistema de Seguridad Social “participante individual” es decir fundado en la solidaridad obrera.

(5) TLCAN (NAFTA en inglés) es el Tratado de Libre Comercio Norteamericano en vigor desde 1994 entre Canadá, México y los Estados Unidos en beneficio de los capitalistas norteamericanos. El CAFTA (Tratado de Libre Comercio de America Central y la República Dominicana) firmado en 2004 y 2009 instaura una zona de libre comercio entre los siguientes Estados: Costa Rica, República Dominicana, Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

(6) SEIU es un sindicato de 2,2 millones de miembros presentes en los Estados Unido y en Canadá en los servicios de salud y los servicios de seguridad y mantenimiento.

(7) Labor Party Advocates –“los partidarios del Labor Party” agrupaban militantes obreros, en particular sindicalistas y organizaciones que combaten por un Labor Party. Dirigido por Tony Mazzocchi (fallecido en 2003), él fue un punto de apoyo para la tentativa de constituir un Labor Party fundado en los sindicatos en 1996. Los militantes de Socialist Organizer formaban parte.

(8) Socialist Workers Party: sucesor de la Communist League of America en 1938 se transforma en la sección norteamericana de la IV Internacional fundada por León Trotsky el mismo año y una de sus secciones más importantes luego de la exterminación por Stalin de los bolcheviques leninistas en URSS. Con su principal dirigente James P Cannon, el SWP rechaza el revisionismo pablista en 1950-1953, pero participa a la reunificación sin principios” de 1963 con los pablistas. Yendo hasta las últimas consecuencias de esta degeneración, el SWP abandona a principios de 1980 toda referencia formal con el trotskismo y basculará en el castrismo.

(9) Ujima People’s Progress Party: organización obrera negra implantada en Baltimore (Maryland), habiendo presentado en 2016 la candidatura a las elecciones locales.

 

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