¡NO AL PLAN DE RESCATE DE LAS CORPORACIONES!

¡NO AL PLAN DE RESCATE DE LAS CORPORACIONES!

¡POR UN PLAN DE RESCATE AL SERVICIO DE LOS TRABAJADORES!

(2009)

 EDITORIAL

Lo que apenas hace pocos meses parecía una posibilidad ahora se ha hecho una realidad: la crisis financiera que barrió Wall Street se ha extendido por todos los sectores de la economía a un ritmo que ha alarmado hasta a los analistas más cautelosos.

Ahora los economistas exponen que la recesión se profundizará y ampliará. El profesor Jack Rasmus, advirtió que, “la economía de Estados Unidos podría empujar hacia el despunte de una Depresión plena a inicios del 2010” (Z Magazine, diciembre de 2008).

El desempleo ha subido diariamente y en índices asombrosos. De acuerdo a estadísticas oficiales del gobierno, más de 500.000 trabajadores han perdido sus trabajos en cada uno de los tres meses anteriores —la mayor pérdida trimestral de puestos de trabajo desde 1931.

Tomando el último año, el número de desempleados se elevó a 3.2 millones, pero, cuando se agregran las cifras de trabajadores “desanimados” (que no buscan más trabajo) y trabajadores con mínimos empleos, el total de desempleados es cerca de 5 millones.

Los economistas predicen que si la recesión continúa a su curso actual en el año 2009, el número de trabajadores desempleados será de 7 millones. Esto podría significar la pérdida de entre 8 millones y 12 millones puestos de trabajo entre 2008 y 2009. El profesor Rasmus advierte que al menos 20 millones de puestos de trabajo se perderán hasta el año 2010.

La situación se ha hecho intolerable para la clase obrera. En cada frente el país se confronta a una situación catastrófica: además de la masiva pérdida de puestos de trabajo, más de 2 millones de personas han perdido sus casas por las ejecuciones hipotecarias —y se estima que otros 5 a 7 millones de personas se encuentran en riesgo de ejecuciones hipotecarias en los próximos 18 meses. Un número desproporcionado de entre ellos son negros y Latinos.

Entretanto, los servicios sociales del Estado han comenzado a ser desmantelados a diestra y siniestra y los presupuestos locales enfrentan déficits sin precedentes. En California, un déficit de $16 mil millones ha comenzado a presionar sobre el eje de cortar decenas de miles de puestos públicos de trabajo en educación y salud.

La profundidad de la crisis económica exige un programa para la conservación y la creación de empleos sin comparación en la historia de los Estados Unidos, incluso durante “El Nuevo Trato” (New Deal). Ello exige un reordenamiento total de la economía hacia un Plan de Rescate al Servicio de los Trabajadores.

Obama Rescata a Wall Street

Después de las elecciones del 4 de noviembre, la cuestión para los trabajadores de qué camino tomar se ha colocado de manera inmediata y urgente.

Obama continúa haciendo llamados para el “cambio” —y muchos de quiénes lo apoyaron siguen convencidos de que él va a entregar lo que prometió. Obama “está a cargo de todo, y va a hacer todo lo que él quiera”, se nos dice.

Sin embargo, esta suposición comienza a desvanecerse con cada día que pasa.

Con relación a la guerra, Obama ha respaldado el Acuerdo sobre la Situación de las Fuerzas Armadas [SOFA para sus siglas en inglés], que dejaría las tropas y las bases militares de Estados Unidos en Irak más allá del 2011. Obama insiste de que es necesario enviar entre 20 mil y 30 mil tropas más a Afganistán “para hacer una buena guerra” contra Al Qaeda y el “terrorismo”. Su silencio con relación a los ataques criminales de Israel contra el pueblo Palestino en Gaza fue percibido mundialmente como que está de acuerdo y … como una complicidad.

Y Obama ha insistido sobre la necesidad de rescatar a los especuladores de Wall Street e imponer un recorte masivo de impuestos para las corporaciones, todo en nombre de un “estimulo” a la economía. Mientras este artículo va a la imprenta, Obama está trabajando por un acuerdo con los Republicanos del Senado que otorgaría aún mayores recortes a los impuestos para los grandes negocios y recortaría enormemente los gastos necesarios para educación y salud.

Obama exige la reducción de los salarios de los directores ejecutivos de las corporaciones rescatadas por el gobierno, y pide una mayor “responsabilidad” de las mismas como condición para continuar a recibir un prolongado paquete de rescate. Pero esto es mera relaciones públicas, es pura pantalla, en respuesta a la masiva indignación popular hacia el plan de rescate de los especuladores de Wall Street.

Campaña por Un Plan de Rescate al Servicio de los Trabajadores

Más que nunca, el pueblo trabajador, con sus sindicatos a la cabeza, necesita movilizarse masivamente para detener definitivamente este plan de rescate de las corporaciones y demandar un plan de rescate económico al servicio de los trabajadores y los oprimidos de Estados Unidos. Necesitamos movernos rápidamente para hacerles saber a Obama y al nuevo Congreso de que nosotros no dejaremos que los trabajadores paguen por la crisis; son las corporaciones y los banqueros, quienes crearon esta crisis, los que deben pagar.

El objetivo de la Campaña por un Plan de Rescate al Servicio de los Trabajadores consiste en la organización de la lucha sobre esa perspectiva. La Campaña, iniciada por el periódico The Organizer, ha reunido un importante apoyo en de todo el país, incluyendo a dirigentes reconocidos del movimiento obrero y popular. [Vea el artículo sobre la Campaña en este ejemplar.]

En un reciente despacho de la Campaña, se indican los próximos pasos a tomar:

“En la medida que la economía se hunde profundamente en el torbellino económico y las filas de desempleados crece, la necesidad para la clase obrera de organizarse por sí misma se acrecienta urgentemente. Solamente si organizamos una lucha COLECTIVA para demandar programas que se orienten hacia nuestras necesidades —trabajo, salud, vivienda, etc.— tendremos alguna perspectiva de victoria. Los bancos han cabildeado vigorosamente por su plan de rescate y gastan dinero en bonos, en renovación de oficinas, comprando otras instituciones y dividendos para accionistas. Nosotros nos oponemos al rescate de los bancos. Necesitamos presionar por programas que beneficien al pueblo trabajador. Después de todo, nosotros constituimos la gran mayoría de la población.

“Queremos movernos agresivamente en la implementación de esta campaña. Hemos llamado al pueblo a integrarse voluntariamente para ayudar a organizar comités que puedan dar los primeros pasos hacia la realización de esta Campaña en sus lugares específicos. En particular, esos comités pueden conectarse con las luchas obreras y populares en sus áreas para cohesionar al pueblo trabajador. Más inmediatamente, esos comités podrían comenzar a organizar foros que analicen los problemas cotidianos que enfrentan el pueblo trabajador y proponer soluciones.

“Como la severidad de la crisis económica se intensifica, la necesidad del pueblo trabajador de entender las causas de los problemas que aquejan a la sociedad se agudizan crecientemente y hay que proponer soluciones. Sobre esta vía el pueblo trabajador puede proceder a movilizarse efectivamente para luchar por sus intereses”.

Llamamos una vez más a nuestros lectores y simpatizantes a incorporarse activamente en esta Campaña construyendo los Comités por Plan de Rescate al Servicio de los Trabajadores en sus ciudades y comunidades. Por favor contacten a los organizadores en wercampaign@gmail.com o vaya a http://www.wercampaign.org. — Los Editores

*  *  *  *

Campaña Por un Plan de Rescate al Servicio de los Trabajadores

Estos últimos meses, hemos visto cómo, sin ninguna condición previa, miles de millones de dólares han sido inyectados en las instituciones financieras. La irresponsabilidad y la codicia se han visto recompensadas de un modo extraordinariamente pródigo, lo que ha permitido a los ricos ser aún más ricos. Sin embargo, los embargos inmobiliarios han aumentado, el desempleo ha alcanzado la cima y, la miseria se extiende mientras que no se hace, prácticamente nada, a favor de los millones de trabajadores que lo sufren.

Es imposible seguir permaneciendo cruzados de brazos, esperando que las cosas vayan a arreglarse. Los patronos del sector financiero se han organizado, han ejercido presión para obtener planes de reflotamiento (en efectivo contante y sonante). Es necesario que nosotros hagamos lo mismo. Es necesario organizarse y poner en pie una campaña. Es necesario decir y repetir que es primero —y, sobre todo—, la mayoría de la población quien debe beneficiarse de los programas gubernamentales y no la ínfima minoría de los súper-ricos.

En esta encrucijada histórica y afrontados a la perspectiva de una nueva “Gran Depresión”, es necesario actuar a favor de la más amplia unidad en el movimiento obrero, en las organizaciones negras y latinas, en los grupos por los derechos de los inmigrantes y en todos los demás movimientos de protesta partidarios de la justicia social, para obtener las medidas de urgencia, cuya lista publicamos a continuación.

Les pedimos que apoyen estas reivindicaciones, ya que son medidas necesarias para responder a las necesidades urgentes de los trabajadores y de todos los oprimidos, para que todos tengan una renta garantizada y una vida desahogada y que no seamos víctimas de una crisis económica, respecto a la que no tenemos ninguna responsabilidad. Queremos dirigirnos a los trabajadores para pedirles que apoyen nuestras reivindicaciones y se incorporen a nuestro movimiento, la Campaña por un Plan de Rescate al Servicio de los Trabajadores, para pedirles que construyan Comités en todo el país, que organicen grupos de debate y de información por una Conferencia Nacional para promover esta campaña. Podremos así ganar a la mayoría de los trabajadores a esta perspectiva. Si somos solidarios, podemos ganar.

*  * *

¡Ahora Hay Que Dar Respuesta a las Demandas Urgentes de los Trabajadores!

 El 4 de noviembre fue una elección histórica, no porque la elección del primer presidente Negro de la nación signifique el final del racismo en este país, sino porque millones de Negros, Latinos, jóvenes y el pueblo trabajador de todos los orígenes, tomaron estas elecciones para decir: ¡Basta Ya! ¡El racismo y la opresión deben terminar ahora!

En el contexto de la profunda crisis económica, esta elección también fue un grito de la clase trabajadora de todos los orígenes: ¡Nosotros no podemos aceptar la destrucción de nuestros puestos de trabajo, la pérdida de nuestras casas, de nuestros servicios públicos y de nuestras comunidades — ¡esta crisis no la hemos producido nosotros y no tenemos que pagar por ella!

Para resolver las necesidades de la clase trabajadores y de todos los oprimidos se requiere implementar un Plan de Emergencia para rescatar al pueblo trabajador y NO a Wall Street.

Aquí están diez demandas que deberían ser incluidas en tal plan:

1) Poner un alto al Plan de Rescate de los banqueros y especuladores. Ni un centavo más debe ser destinado para rescatar a Wall Street. Es hora de rescatar al pueblo trabajador.

2) Promulgar una moratoria para todos los embargos hipotecarios y poner un alto a los desahucios y a todo aumento en el alquiler de viviendas. Nacionalizar la industria hipotecaria, incluyendo a Fannie Mae y Freddie Mac.

3) ¡Que paren de hacer chivos expiatorios a los trababajadores inmigrantes! Parar las redadas y las deportaciones de la Migra (ICE).

4) Promulgar la Ley de Libre Selección Sindical (Employee Free Choice Act) para que cualquier trabajador pueda tener una representación sindical.

5) Parar los despidos en la industria de autos y en las otras industrias y servicios públicos en todo el país. ¡Nacionalización de General Motors, Ford y Chrysler. Reorganizar la industria de autos para construir un sistema de tránsito rápido y sistemas de energía solar y de vientos.

6) Promulgar un plan universal de Salud con un pagador único (single-payer). Sacar del sistema de Salud a las companias privadas de seguro.

7) Ponerle fin a todo financiamiento de las guerras de Estados Unidos en Irak y Afganistán y traer las tropas a casa ahora. Se estima que los gastos militares solamente en estos países alcanza la suma de $3,000 billones. Reorientar el financiamiento militar hacia las necesidades humanas.

8) Promulgar un plan nacional de trabajos públicos masivo para reconstruir las escuelas de la nación, los hospitales y la deteriorada infraestructura y poner a trabajar a millones de trabajadores, con un salario digno. Proporcionar todos los fondos necesarios para un Programa de Reconstrucción de la Costa del Golfo de México; apoyo a la Propuesta de Ley de Trabajos Cívicos para la Costa del Golfo (H.R. 4048).

9) Defender y expandir los derechos y la seguridad económica para quienes no pueden trabajar. Salario digno para madres/padres solteros, desabilitados, ancianos y desempleados. Acabar con el arbitrario, tiempo límite de castigo, sanciones, negación de la educación, y el trabajo forzoso no pagado en el sistema (welfare) de asistencia social TANF y los programas de asistencia al desempleo.

10) Imposición de impuestos a las corporaciones y a los ricos (cuyas tarifas tributarias son muy bajas), no al pueblo trabajador, para financiar el plan de rescate para los trabajadores. Regreso a las tarifas tributarias de 1981. Implementación de impuestos retroactivos sobre grandes ingresos (windfall revenue) y sobre la industria de la energía petrolera, y por la repatriación de los $2.000 billones en bancos (offshore) extra-fronterizos.

Primera lista de apoyo

(Primeros firmantes; el signo * indica que la persona firma con carácter individual)

 Cindy Sheehan: Gold STAR Mother (Madre de un soldado muerto en combate) – militante antiguerra; Cynthia McKinney, Candidata a la Presidencia de EU en 2008 ; Donna Dewitt*: Presidenta de la AFL-CIO de Carolina del Sur; Colia Clark: Veterana del Movimiento de los Derechos Cívicos; Dennis Serrette*: Director político de CWA (sindicato de las telecomunicaciones); Bruce Dixon: Editor de Black Agenda Report; Kali Akuno: Militante para la reconstrucción de la Costa del Golfo; Gene Bruskin: militante obrero y antiguerra; Alan Benjamin: Editor, The Organizer; Glen Ford: BlackAgendaReport.com; Renée Saucedo*: La Raza Centro Legal; Nativo López: Hermandad Mexicana; Clarence Thomas*: Dirigente de ILWU (Sindicato de los estibadores) Unión Local 10; George Hutchinson: Partido de los Verdes del Pacifico; Mike Garano*: Demócratas Progresistas de América – Ohio, Sindicato de Camioneros; Jerry Gordon*: Secretario de Relaciones Internacionales del sindicato UFCW, Labor Party de Ohio; Bill Leumer: Workers Acción; Ed Rosario: Coorganizador del Comité de Seguimiento de la Conferencia Mundial Abierta; Pat Gowens: Welfare Warriors (Combatientes por lo Social); Tim Kaminski* UAW, Unión local 110, antiguo miembro de la Comisión de jubilados; Al Rojas: Coordinador del Frente de los Mexicanos del Exterior; Gustavo Bujanda: Raíces Mexicanas; Nancy Romer* Asociación del personal de la CUNY, AFT 2334; Frank Martin del Campo* Miembro de la Comisión Ejecutiva, Unión Local de San Francisco; Mark Esters* adherente de la Unión Local 110, UAW; Juan Rafael Santos* Consejo de Dirección de las explotaciones del centro meridional; Wes Brain* Oregon meridional – Jobs with Justice (Justicia en el trabajo); Adam Richmond: Comité para la retirada de la Propuesta 8; James Vann*: Unión de Arrendatarios de Oakland; Luis Alberto Rivera: Presidente, PRD en el Exterior; Jean Pauline*: Gray Panthers (Panteras Grises) de San Francsico; Akinyele Sadiq: The Troublemakers Union–band; Hal Sutton* UAW Local 1268, Sindicato de los Pensionistas; Filemón López: Radio Bilingüe; Kristen Zehner*: AFSCME Sección Local 52; C. T. Weber*: Peace and Freedom Party (Partido de la Paz y la Libertad)/Asociacion de los empleados del Estado de California; Dale Sorensen*: Task Force on the Americas; Helen Spalding: AFSCME jubilada; David Walters*: IBEW Unión Local 1245; Randy López*: By Any Means Necessary (por Todos los Medios Necesarios)/Sacramento BAMN); Rodger Scott*: AFT Local 2121, jubilado; José Luís Jaral Moreno: Comité Binacional de Derechos Humanos de los Emigrantes; Millie Philips: Socialist Organizer; Esteban Ongerth*: IWW, IBU Región de la Bahía de San Francisco; Vinnie Burrows*: AEG, SAG, AFTRA- NY; Chris Kaihatsu*: Rev.Left.com; Dan Kaplan: Secretario Ejecutivo, AFT Unión local 1493); Ann Robertson*: Association de la Facultad de California, SFSU; Marc Rich*: UTLA delegado, Federación Obrera del condado de Los Ángeles; Paul Burton*: Trabajadores de los medios de comunicación de California Norte, CWA 39521, San Mateo Labor Council; Allan Fisher*: AFT Unión Local 2121; Roger Dittman: Profesor Emérito de Física, Universidad del Estado de California, Fullerton.

Sigue una lista suplementaria de 364 firmantes.

* * * * * * * * *

“¡We Want Change!”

(¡Queremos Que Esto Cambie!)

 

Esta consigna fue coreada durante toda la campaña de Barack Obama. Los millones de trabajadores, de jóvenes, en particular, negros, que llevaron a Obama a la Presidencia el 4 de noviembre, la llenaron de un contenido: Que esto cambie, que cese la guerra en Iraq como en Afganistán, que cesan los despidos, que por fin se instaure el sistema de salud de “pagador único”, (es decir, de Seguro a la Salud Solidaria), que la ley garantice en todo el país el derecho de todo trabajador a organizarse en un sindicato. …

A poco tiempo después de la elección “de un primer Presidente negro de Estados Unidos”, mientras que la crisis enrabieta —500.000 empleos fueron destruidos sólo durante el mes de noviembre de 2008—, mientras que las soluciones ante la quiebra de los tres grupos del automóvil (Ford, General Motors y Chrysler) avaladas por los Demócratas y los Republicanos— van a saldarse por 35.000 o 40.000 supresiones de empleos y una reducción de salarios que algunos calculan en el 40%; entre la clase obrera, en los sindicatos de la AFL-CIO, se alzan voces para decir: “Para que esto cambie”, es necesario salvar, no a los bancos y los trusts, sino a los trabajadores.

En pleno corazón de la crisis, ¿Cuál es la posición del movimiento sindical norteamericano?

Con ocasión de la dirección nacional de la Coalición Obrera Contra la Guerra, US Labor Against the War, el 7 de diciembre, Nancy Wohlforth, coorganizadora de esta coalición y miembro de la Comisión Ejecutiva Nacional de la AFL-CIO, y Jerry Tucker, antiguo miembro de la dirección del sindicato nacional de trabajadores del automovil United Auto Workers (UAW), dieron cuenta a El Organizador de sus reflexiones sobre esta elección y las tareas urgentes del movimiento obrero.

************

“El Reto Es Enorme”

Entrevista con Nancy Wohlforth (del Comité Ejecutivo Nacional de la AFL-CIO)

La elección de Obama ha suscitado la esperanza en millones de personas que han estado abandonadas y olvidadas, especialmente entre las personas de color. En mi barrio, en Washington, los negros viejos que no habían votado en su vida, porque creían que eso daba igual, hicieron cola entre seis y ocho horas para votar a Obama.

Por supuesto, Obama es un hombre político de “centro”, miembro de los círculos dominantes. Pero eso no es lo decisivo hoy. Lo que es importante, son los millones que han votado por él. Han votado por Obama —el primer Presidente negro en la historia de nuestro país—, porque quieren cambios reales y profundos. Quieren preservar su empleo y su jubilación. Quieren un sistema de salud para todo el mundo. Quieren el final de las guerras en Oriente Medio, para que esta financiación pueda ser redirigida hacia la satisfacción de las necesidades humanas. Son gente que no va seguir estando con los brazos cruzados y permitiendo que los asuntos sigan como antes en Washington.

No podemos subestimar la importancia histórica de esta elección. Debemos aferrarnos a la ocasión. No habrá cambio, más que si la gente exige de Obama que dé cuentas y le haga mantener su promesa de un verdadero cambio.

Los políticos, en Washington, no están dispuestos a poner fin a la guerra en Irak. El acuerdo sobre el estatuto de las fuerzas SOFA [Status of Forces Agreement — Acuerdo jurídico al mantenimiento de las tropas hasta 2012 – NDT], quiere imponer a nuestro país bases permanentes y tropas en Irak.

Esto no es aceptable. Estamos a favor de la Retirada! “¡Ahora!”, no al SOFA o al mantenimiento de las tropas en Iraq, ni un día más. Cincuenta y un centavos de cada dólar de impuesto va a la guerra y al complejo industrial militar. Debemos parar esta locura. Los sindicatos deben pedir cuentas a Obama. El movimiento sindical estadounidense no ha exigido jamás eso, de verdad, a un miembro del Partido Demócrata.

Este es el momento de comenzar. El movimiento sindical se moviliza ya, y en gran medida, para impulsar a Obama y al nuevo Congreso a adoptar la ley sobre la libre opción de los asalariados (EFCA) —que nos daría, por fin, a todos los trabajadores, el derecho de organizarnos en sindicatos—, un derecho que no existe más que sobre el papel, vistas todas las restricciones impuestas.

Tenemos también, que conquistar un sistema de salud de pagador único. Las federaciones de la AFL-CIO de 39 Estados apoyan un proyecto de ley que instituye este sistema. Una Conferencia Nacional Obrera tendrá lugar, sobre esta base, en Saint Louis (Missouri) a mediados de enero.

El reto es enorme: la crisis económica aumenta de día en día. Habrá enormes presiones sobre el movimiento obrero para que vaya “al paso”. No podemos dejarnos integrar a la aceptación de “soluciones comunes” con nuestros patronos. ¡La clase obrera tiene necesidad de que sus reivindicaciones especificas sean satisfechas, ahora, no en algún futuro lejano! Existe una nueva atmósfera de esperanza. Si le damos una expresión organizada, podemos conseguirlo.

***********

“La Idea de Que el Congreso Debe Nacionalizar los Tres Grandes (Ford, General Motors y Chrysler) Gana Terreno”

 Entrevista con Jerry Tucker, antiguo dirigente de UAW

 [Nota: Jerry Tucker es un antiguo miembro de la Comisión Ejecutiva Internacional del Sindicato Unido de los Trabajadores del Automóvil, de la UAW, y también un co-fundador del Center for Labor Renewal, y está activamente implicado en la organización de una campaña nacional obrera para un sistema de salud universal con pagador único, single-payer.]

El Organizador: Actualmente en Washington, están teniendo lugar Audiencias con los P-DG [Presidente Director General – NDT] de los tres grandes del automóvil (Ford, General Motors, Chrysler). ¿Qué es lo que está en marcha y cuál debería ser la respuesta de la clase obrera?

Jerry Tucker: Los medios de comunicación están regodeándose en describir a los trabajadores del automóvil como super-pagados y sobreprotegidos. Los representan como trabajadores que se benefician de una situación tranquila que ellos no se han merecido. Sería, a su modo de ver, la principal razón de la crisis de la industria automóvil.

Eso es completamente absurdo. Los trabajadores de General Motors, Ford y Chrysler ganan 27 dólares a la hora por término medio, 30 para los trabajadores cualificados y 26 para los obreros de montaje. No ganan 75 dólares a la hora, como pretenden los medios de comunicación y los P-DG. Eso es ridículo.

Hace algunas décadas, había un millón y medio de trabajadores del automóvil en este país. Hoy, son menos de 400.000. Se han deslocalizado la mayoría de los empleos. En nombre del mantenimiento de estos empleos en el país —lo que no se realiza nunca—, se dijo a los trabajadores del automóvil que ellos debían hacer concesiones en materia de salarios y condiciones de trabajo. Poco a poco, se ha obligado a los trabajadores a hacer estas concesiones … y los patronos, a pesar de todo, deslocalizaron a México y el Sudeste asiático. Ahora, van a Rusia.

Se destruyeron las normas en los sindicatos. Se introdujeron algunas estructuras a dos niveles (con salarios más bajos para las nuevas contrataciones).

Los trabajadores tuvieron más que su parte de sacrificios, sin recibir nada a cambio.

Ahora, los Demócratas y los Republicanos del Congreso —aquellos, incluso que no han puesto ninguna condición al plan de salvamento de los bancos—, ejercen presión para “adelgazar” a las empresas automóviles con el fin de “hacerlas más eficaces”.

Dicen a los fabricantes de automóviles que se deben eliminar 40.000 empleos y convertirse en “más competitivos”, si quieren recibir 34.000 millones de dólares del plan de salvamento. Hablan de crear a un “zar del automóvil” para supervisar todo plan financiero de reestructuración.

Son maniobras antisindicales, pura y simplemente.

No se limitan a amenazar los empleos. Amenazan también los salarios, las jubilaciones y los planes de seguridad social y de salud de los empleados.

Se ha obligado a algo más de un millón de trabajadores del automóvil a salir a su jubilación anticipada. Los “tres grandes” no pagan al fondo del seguro enfermedad VEBA, las sumas que permiten garantizar la protección social de todos los miembros.

Ahora, con el plan de rescate, los patronos tendrían el derecho a pagar menos aún a este fondo.

Los fondos de pensión de los sindicatos están también en grave peligro. La seguridad social y las pensiones son salario diferido.

Los trabajadores han financiado estos fondos durante décadas de duro trabajo. Suprimirlos, como se propone actualmente, sería un crimen.

Ya en una carta que escribimos en 2007, tres de nosotros, todos antiguos miembros de la Comisión Ejecutiva Internacional de la UAW, exigimos a nuestra dirección sindical que se opusieran a los “tres grandes” con respecto al Seguro de Salud de pagador único.

Esa ha sido la posición histórica de nuestro sindicato. Debemos combatir por ello, para garantizar que, no sólo el millón de jubilaciones, sino también los 50 millones de no asegurados tengan acceso a un plan de salud de pagador único del tipo de Medicare.

EO: Háblanos de la resistencia en el sindicato, frente a ese plan en el automóvil y de su propuesta de Conferencia Obrera, a mediados de enero, en Saint Louis (Missouri), por un seguro con pagador único.

Jerry Tucker: Han habido muchas propuestas en la base del sindicato. Caravanas de coches dirigidas por trabajadores del automóvil han atravesado numerosas ciudades del Midwest, hasta Washington para enviar un mensaje al Congreso: “¡No supriman ninguno de nuestros empleos o ventajas conquistadas!”. Estos trabajadores no han tenido el derecho de asistir a las audiencias del Senado, y los grandes medios de comunicación no han transmitido su mensaje.

La idea de que el Congreso debe nacionalizar los “tres grandes” gana terreno.

Con tal medida, la industria podría reequiparse para producir coches más eficaces y coches eléctricos.

Detroit podría producir trenes de alta velocidad. Podríamos revitalizar un sistema de transporte de masa e introducir una política de transporte realmente ecológica. Podríamos no sólo salvar cada empleo, sino que podríamos también crear centenares de miles de nuevos empleos.

Tenemos necesidad de un sistema de producción de automóviles y de vehículos, de un sistema de transporte reestructurado y que sea una propiedad pública. Sería el buen momento para dar el paso y crear este sistema. El Congreso podría hacerlo. Por lo que se refiere a la conferencia en Saint Louis, somos muchos, en el movimiento obrero, en estar convencidos de que tenemos necesidad de una solución socialmente responsable a la crisis del sistema de salud.

Y estamos convencidos de que cualquiera que sea el plan, como el que impulsa la gente en torno a Obama, que incluya una mezcla de los sectores público y privado, sería una combinación tóxica, que sería destructiva para las personas que necesitan cuidados.

Tenemos por objeto construir un movimiento de la base obrera en la nueva situación abierta por la victoria de Obama el 4 de noviembre. Obama declaró que la salud era una prioridad, por lo tanto tenemos la intención de decirle qué tipo de seguro a la salud espera el movimiento obrero de aquellos que han permitido su elección.

Por esta razón, tenemos necesidad de que el movimiento obrero, a todos los niveles, esté implicado en la campaña: “Medicare para todos”, lo que es otra oportunidad, que pensamos emplear, para nuestra campaña para el pagador único.

El movimiento obrero tiene que decir a Obama, con una voz unida, que el mejor programa de estímulo económico sería implantar un sistema nacional de salud con pagador único.

***********

LA RESISTENCIA CRECE ANTE LOS ATAQUES DE LAS CORPORACIONES Y LOS ESPECULADORES

 El 24 de noviembre, el Consejo Sindical de San Francisco de la AFL-CIO votó a favor de la constitución de un comité de crisis económica con la finalidad de evaluar el alcance de la presente crisis y de presentar soluciones políticas y recomendaciones para ser sometidas al Consejo Sindical, a la Federación Californiana del Trabajo y a todo el movimiento obrero de los EE. UU.

La discusión de esta resolución en la asamblea de delegados sindicales del 24 de noviembre puso de manifiesto la intensidad de la cólera de los miembros del sindicato ante la agresión patronal a los derechos de los trabajadores, mientras Wall Street está siendo rescatada y los directores generales de las empresas están siendo recompensados con largueza. Howard Wallace, vicepresidente del Consejo Sindical, dijo a los delegados:

“Una apisonadora viene hacia nosotros; una apisonadora que quiere aplastar millones de empleos y todos y cada uno de los derechos y conquistas que la clase obrera ha conseguido gracias a sus sindicatos”.

“No podemos esperar a que actúen los responsables oficiales del sindicato. Tenemos que empujarles a la acción”, continuó diciendo Wallace. “La victoria de Obama nos ha abierto una puerta, a pesar de todos los halcones y gente de Wall Street que Obama ha nombrado para integrar su gabinete; está abierta porque el pueblo ha dejado claro que quiere un cambio real. Ahora somos nosotros los que, a patadas, tenemos que abrir la puerta del todo para conseguir algunas de nuestras exigencias más apremiantes, como la de preservar nuestras pensiones de jubilación, salvar nuestros empleos, conseguir un sistema de protección de salud fundado en el salario diferido y con pagador único [single-payer healthcare] y poner fin a la guerra de Iraq.”

Wallace concluyó diciendo:

“Tenemos que pasar rápidamente a la acción y movilizar en inmensas multitudes a la gente de la calle. La puerta que se entreabrió el 4 de noviembre no estará abierta mucho tiempo. Tenemos que movernos rápidamente para hacer saber a Obama que vamos en serio y que no vamos a consentir que los patronos amorticen la crisis con el pellejo de los trabajadores.”

Lo que Wallace expresó con palabras es lo que ahora están poniendo en práctica sindicalistas y militantes a lo largo y a lo ancho de todo el país. Hay un sentimiento creciente de que debemos actuar ahora en pro de nuestras reivindicaciones específicas como trabajadores, y no prestar oídos a los que nos dicen que esperemos a que Obama haga las cosas a su manera, o concederle 100 días o 1000 días de gracia antes de pasar a la acción. ¡No! Con todas las presiones que los capitalistas están ejerciendo sobre Obama para que ejecute los proyectos de la patronal, ya es hora, dice la gente, de que también presionemos nosotros a Obama para que haga lo que debe.

Iniciativa obrera por un seguro de salud basado en el salario diferido, con pagador único (Labor for single-payer healthcare)

Eso es lo que está sucediendo, por ejemplo, en lo que se refiere al seguro de salud basado en el salario diferido, con pagador único [single-payer healthcare]. Se ha constituido una nueva coalición “Labor for Single-Payer Healthcare” para exigir una verdadera reforma de la asistencia de salud que excluya a las compañías de seguros privadas del sistema. Está coalición ha sido lanzada por el organizador nacional del Labor Party [Partido Laborista] Mark Dudzic, por la integrante del Consejo Ejecutivo de la AFL-CIO Nancy Wohlforth, por el ex miembro del Consejo Ejecutivo Nacional del UAW Jerry Tucker y por la presidente de la AFL-CIO de Carolina del Sur Donna Dewitt.

En el momento de escribir estas líneas Obama y cierto número de senadores Demócratas están trabajando en la modificación de una ley [mandate law] del estado de Massachussets que preservaría el papel las compañías de seguros privadas y obligaría a contratar con ellas un seguro de salud a todo el que no lo tenga concertado a través de sus patronos.

Los días 10 y 11 de enero se celebró en Saint Louis una reunión de lideres sindicales a nivel local y de los estados de la coalición Labor for Single-Payer Healthcare. Dirigentes sindicales del más alto nivel del Consejo Ejecutivo de la AFL-CIO nacional y de algunas de las 39 federaciones de los distintos estados apoyaron la iniciativa single-payer y estuvieron presentes. La reunión contó con la participación de más de 150 delegados sindicales proveninientes de todo el país.

Hay muchos dirigentes sindicales de alto rango que se oponen a esta iniciativa independiente porque apoyan el “compromiso” de Obama desde antes incluso de que discutieran las diferentes opciones.

Andy Stern, presidente del sindicato de empleados SEIU, explica, por ejemplo, que el movimiento sindical debe ayudarle a Obama a conseguir lo que Obama y su gabinete pidan. Stern insistió: “¿Cómo conseguiremos que lo que el presidente quiere hacer se haga?”

Stern pide que “se apruebe un sistema universal de salud —el Plan de Max Baucus. Pero este Plan Baucus propuesto por Obama es un plan individual [individual mandate] que deja el seguro de salud en manos de compañías de seguros privadas y que, por consiguiente, no será un verdadero plan de reforma del sistema de asistencia a la salud.

Stern deja claro que sigue firmemente aferrado a soluciones a la crisis de tipo “corporativistas” o de “asociación de los trabajadores y la dirección de la empresa”. Señala: “No podemos abordar el momento actual solamente sobre la base de nuestras propias cuestiones; tenemos que contemplar toda una serie de cuestiones y trabajar juntos.”

Ahí está el meollo del problema: no es posible que el movimiento obrero alcance sus reivindicaciones ayudando a Obama a conseguir lo que él —Obama— quiere conseguir, en vez de lo que el movimiento obrero quiere conseguir. No es posible dar una solución positiva a las demandas de los trabajadores cuando se está asociado con Wall Sreet y la patronal; los trabajadores tienen que rechazar el concepto de “trabajar juntos” con los patronos y los especuladores de Wall Street. Para lograr sus reivindicaciones, la clase obrera necesita preservar su independencia y luchar por sus propios intereses.

En este sentido, la conferencia de Labor for Single-Payer Healthcare de Saint Louis a mediados de enero, diez días antes de la toma de posesión de Obama, muestra el camino a todo el movimiento obrero.

Otros Importantes Signos de Resistencia

Tras las elecciones del 4 de noviembre, el estado de ánimo de la clase obrera está cambiando en el sentido de hacerse cargo por sí misma de sus propios asuntos.

* En Chicago, 240 obreros sindicalizados de la empresa Republic Windows and Doors Co. abandonaron el trabajo el 4 de diciembre y además ocuparon la planta, acción esta última que no se veía en los Estados Unidos desde las huelgas de brazos caídos de 1936-1937 que llevaron a la constitución del sindicato United Auto Workers.

Los obreros, organizados en el sindicato Union Electrical Workers (UE), exigieron su indemnización por despido, atrasos y seguro de enfermedad tras el anuncio de que la empresa iba a cerrar la fábrica porque el Bank of America, uno de los bancos que ha recibido dinero del plan de rescate del gobierno federal, no iba a seguir concediendo préstamos a la empresa.

La huelga de brazos caídos atrajo la atención pública de todo el país. Inmediatamente los políticos de toda la región pidieron que el Bank of America proporcionara fondos para satisfacer las demandas de los obreros.

El propio Barack Obama intervino a favor de los trabajadores, lo que supone una señal para todo el movimiento obrero de los EE. UU. en el sentido de que, si el movimiento obrero actúa con determinación, puede obligar a Obama a responder favorablemente en apoyo de sus reivindicaciones.

Después de diez días de intensa lucha, el Bank of America depuso su actitud y abrió una línea de crédito que permitió a la Republic pagar 1.750.000 dólares a los obreros. Se había conseguido una primera victoria, aunque los obreros no consiguieran conservar sus empleos (una lucha que todavía mantienen). Al emprender esa acción decisiva, los 240 obreros de la Republic —en su mayoría trabajadores negros y latinoamericanos— vigorizaron el movimiento obrero y demostraron que los trabajadores pueden en efecto conseguir sus reivindicaciones.

* Importantes sectores del movimiento por los derechos de los inmigrantes organizaron una marcha nacional a Washington el 21 de enero, el día siguiente al de la investidura de Obama, para exigir el fin inmediato de las redas y deportaciones de la ICE [U.S. Immigration and Customs Enforcement], la agencia federal de inmigración y aduanas. La marcha, apoyada por la National Capital Immigrant Coalition” (NCIC) [Coalición Nacional Inmigrantes de la capital federal] y el Fair Inmmigration Reform Movement [Movimiento para una Reforma Justa de la Inmigración], fue acompañada por acciones locales en todo el país. Una acción contundente se realizó en Sacramento, California.

Los impulsores del evento pidieron a Obama a poner la realización de una “reforma humana de la inmigración” en el primer lugar de su agenda política.

Los militantes por los derechos de los inmigrantes de todo el país insisten en que una reforma integral y justa de la inmigración debe incluir las siguientes disposiciones: fin inmediato de todas las redadas y deportaciones de inmigrantes indocumentados, ya sea en sus lugares de residencia o en los de trabajo; amnistía y legalización (es decir, “papeles para todos”) de todos los inmigrantes indocumentados; fin de los guestworkers’ programs [programas de contratación de trabajadores inmigrantes por un periodo limitado, sin garantizarles la residencia ni un nuevo contrato cuando venza el periodo de vigencia del contrato]; plenos derechos para todos los inmigrantes, incluidos los derechos laborales; fin de las autorizaciones de los patronos; y supresión del Muro de la Vergüenza erigido en la frontera con México.

* Militantes que luchan por la liberación de los negros están impulsando un programa de completa reconstrucción de la costa del Golfo de México. Exigen que los miles de millones de dólares destinados al rescate de los especuladores del Wall Street sean, en vez de eso, reasignados al rescate de la mayoría de los residentes negros de la Costa del Golfo. Al día de hoy, en Orleans Parish [condado de Orleáns, que incluye la ciudad de Nueva Orleáns] por ejemplo, están funcionando solo el 56% de los hospitales, el 43% de los centros para el cuidado de los niños, y el 28,6% de las escuelas, en comparación con lo que había antes del huracán Katrina.

Esos militantes piden expresamente apoyo urgente al proyecto de ley de la Cámara de Representantes 4048 de obras civiles de la Costa del Golfo [Gulf Coast Civic Works Act], que ha sido presentado por un grupo nacional de organizadores del movimiento de damnificados del Katrina. Ha sido llevado a la Cámara de Representantes por Zoe Lofgren, diputada por el distrito de San José, California, y ha sido copatrocinado por otros veintisiete miembros de la Cámara; por ahora no ha sido presentado en el Senado.

El proyecto contempla la creación de un organismo para la recuperación de la zona [Gulf Coast Recovery Authority] encargado de la creación 100.000 puestos de trabajo en la reconstrucción para los supervivientes del huracán, con salarios normales que den para vivir [prevailing wages/living wages]; incluye tanto a personas desplazadas como residentes.

* A todo esto hay que añadir que importantes sectores del movimiento contra la guerra están planteando la necesidad de salir masivamente a las calles para exigir el fin de las guerras de Iraq y Afganistán.

La coalición ANSWER y la Asamblea Nacional para el Fin de la Guerra de los EE. UU. en Iraq y Afganistán han publicado un llamamiento a una manifestación de protesta contra la guerra en Washington y en San Francisco el 21 de marzo, sexto aniversario de la Guerra de Iraq, para exigir que sean traídas de regreso a casa todas las tropas de Iraq y Afganistán y que toda la financiación de la guerra sea reasignada a satisfacer necesidades humanas. El llamamiento de la Asamblea Nacional expone:

“Esas acciones son necesarias para recordarle a la nación que todas las fuerzas militares de los EE. UU. deben ser traídas de vuelta a casa desde Iraq y Afganistán y que el movimiento antiguerra norteamericano, marchando tras una pancarta que diga “¡Fuera ya!” (Out Now!) intensificará su lucha para que eso suceda.

“Las acciones son necesarias para asegurar a los pueblos de Iraq, de Afganistán y de otros países amenazados por la política expansionista de Washington, que decenas de millones de personas de este país apoyan su derecho a asumir su propio destino sin injerencias, ocupaciones y guerras mortíferas por parte de los EE. UU. El derecho internacional reconoce y nosotros exigimos que los Estados Unidos respeten el derecho de autodeterminación. Rechazamos cualquier pretensión de que los Estados Unidos sean el autoproclamado policía del mundo.

“El 21 de marzo, también son necesarias acciones unidas de masa en estos día de debacle económica para exigir trabajo para todos; una moratoria de los desahucios por impago de hipoteca; reconstrucción de las infraestructuras ruinosas; garantía de una educación de calidad y de asistencia sanitaria para todos; fin de la redadas y deportaciones de la agencia federal de Inmigración y Aduanas (la ICE); y financiación para programas sociales urgentemente necesarios. En tanto que billones de dólares continúen siendo gastados en guerras, ocupaciones militares y rescates de los bancos y de la minoría dirigente capitalista, las necesidades internas del pueblo de los Estados Unidos nunca podrán recibir satisfacción.”

*******************

EL GOBIERNO DE OBAMA Y LA BUSCA DE UN “CONSENSO NACIONAL”

En su discurso tras conocerse el resultado de las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, Barack Obama habló de la necesidad de “unidad nacional” entre ricos y pobres, entre una “Wall Street próspera” y una “Main Street revitalizada”.

A la élite capitalista que posee y controla la mayor parte de la riqueza de la nación le preocupa profundamente que la oleada de negros, latinoamericanos y familias de clase trabajadora de todos los colores que ha llevado a Obama al poder sea demasiado difícil de contener y de encauzar hacia vías más seguras para la clase dirigente. Esa élite ha aplaudido ruidosamente el llamamiento de Obama a un “consenso nacional” entre obreros y patronos, entre ricos y pobres, pero, a su manera, comprende que los trabajadores y todas las nacionalidades oprimidas no serán tan fácilmente asociados a la aceptación de “soluciones comunes” con los capitalistas.

Para la élite capitalista, “consenso nacional” significa que la organizaciones de la clase obrera deben renunciar a sus reivindicaciones y demandas específicas en aras de la “unidad nacional” y del “bien común”. Lo que significa reflotar la élite capitalista y no responder a las apremiantes necesidades de los trabajadores y todos los oprimidos.

De ahí su empeño en exhortar al pueblo norteamericano a “rebajar sus expectativas”, que empezó en el mismo momento en que se conocieron los resultados de las elecciones del 4 de noviembre. El propio Obama advirtió:

“El camino que tenemos delante es muy largo y la pendiente empinada. Puede que no lleguemos en un año o incluso en un solo mandato presidencial”.

Leon Panetta, ex jefe de de gabinete de la Casa Blanca durante la presidencia de Bill Clinton, tradujo esto de la siguiente manera:

“Todavía tenemos dos guerras que financiar y centenares de miles de millones de dólares comprometidos en descongelar el crédito. El nuevo presidente tendrá que encaminar el país hacia la disciplina fiscal. Eso significa desactivar la mayor parte de las iniciativas por las que hizo campaña el candidato victorioso.”

Evidentemente eso significaría que no habría “plan de rescate” para la clase trabajadora en los Estados Unidos, es decir, que no habría un verdadero plan de empleo, ni una auténtica reforma de salud, ni apoyo a las principales reivindicaciones del movimiento obrero organizado, por no hablar de otros asuntos urgentes.

Henry Kissinger Satisfecho de los Nombramientos Ministeriales

Tras las elecciones, a los trabajadores se les plantea la cuestión inmediata y urgente de qué camino tomar.

Para la clase capitalista la respuesta es clara: deben socorrer a los banqueros y los especuladores para sostener sus propios intereses de clase. Recibieron con gran satisfacción la presentación del equipo de asesores económicos de Obama, que incluye entre otros a Paul Volcker, ex presidente de la Reserva Federal, a Warren Buffet, un hombre que ha ganado miles de millones especulando en Wall Street y a Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro. La lista de consejeros de Obama parece el “Quién es quién” de la vieja guardia de financieros de Wall Street.

El júbilo de los capitalistas fue aun mayor cuando Obama nombró a Robert Gates, ex secretario de Defensa de la administración de George W. Bush, para seguir desempeñando su cargo en la nueva administración Demócrata y a Tim Geithner, ex director del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, para dirigir el Departamento del Tesoro. Estos dos nombramientos movieron a Henry Kissinger (que fuera secretario de Estado con el presidente Richard Nixon y que, como es público y notorio, está acusado de genocidio contra el pueblo de Sudeste de Asia) a escribir en el Wall Street Journal de 4 de diciembre que estaba “sumamente satisfecho de los nombramientos de Obama”.

En el momento de escribir estas líneas muchos de los más acérrimos partidarios de Obama siguen convencidos de que él cumplirá su promesa de “cambio”. En la “cartas al director” de la prensa cotidiana, en las entrevistas en televisión y en muchos blogs pro-Obama, insisten en que el hecho de nombrar a gente de derecha para cargos ministeriales no significa nada, porque “Obama es el que está al mando y hará que los demás hagan lo que él quiera”. Desde luego, parten del supuesto de que lo que quiere Obama es lo quieren que ellos, los partidarios de base de Obama.

Sin embargo, esta presunción se está desvaneciendo cada día que pasa.

En un sector cada vez mayor de los partidarios de Obama crece una profunda desazón debida a la dirección política que ha tomado el actual presidente.

********************

Impacto de la Crisis y Migración

Por GÉMA LOPEZ LIMON

El campo mexicano, cuna de más de 10 millones de mexicanos desplazados hacia EE.UU los últimos 15 años, está en ruinas.

En enero de este año, al abrirse totalmente el TLCAN, con la entrada de maíz y frijol, leche en polvo y azúcar y miles de productos más de EE.UU se culmina la quiebra. La política gubernamental se refleja en la distribución del presupuesto que se propone, donde se aumenta el 49 por ciento la partida a la seguridad pública, ejército y policías, mientras se disminuye al sector rural. Un dato devastador: en 1982 (antes de los planes de ajuste estructural), un salario mínimo compraba 56 kilos de tortillas; hoy únicamente compra 5 cinco kilos.

Con la caída de las remesas de trabajadores migrantes en EE.UU, por la crisis, muchas familias que dependen de ellas caerán en pobreza extrema. En Zacatecas, hasta el momento, están cayendo 30 por ciento las remesas; hay que imaginar esa caída en los ingresos de las familias zacatecanas: Duarte Jáquez, presidente priista de la Cámara de Diputados advierte gran riesgo de agitación social por el retorno de migrantes (“polvorín” le llama).

Es urgente aplicar los recursos públicos para activar la generación de riqueza, sostiene y que eso se hace de manera muy lenta al campo. Cuando regresen dirán que para qué volver a Zacatecas o a Durango si no hay cómo sembrar, “pueden involucrarse al crimen organizado de manera fácil, al tener esa condición”.

En 2008 se dejaron de sembrar un millón 200 mil hectáreas de maíz y se habla de un riesgo de hambruna por la dependencia alimentaria. Para 2010 se estima que se importarán 51,4 millones de toneladas de alimentos —caros— mientras que se producirán 30 millones de toneladas en el país. Imposible sembrar si aumentaron 65 por ciento los fertilizantes, 43 los combustibles, 30 por ciento las semillas entre abril 2007 y abril 2008.

Hay que activar el empleo, dice el priista y prevé agitación en estados hoy tranquilos porque las remesas ayudan a la economía familiar, como en Guerrero o Nayarit o Michoacán; si el ambiente en el país está de por sí crispado por la violencia que impera. Ve el surgimiento de movimientos de resistencia en diversos sectores, el magisterial, los mineros, los cañeros, etc. Cómo atender esta eventualidad del regreso de los migrantes, que va a afectar mucho a los estados del norte del país. Aumentarán, dice las cifras de pobreza y pobreza extrema (miseria).”

Históricamente Baja California ha sido el estado por donde se expulsan más migrantes. Hay estimaciones de que serán dos millones de inmigrantes en los próximos años los deportados.

¿Cómo atenderlos? Según datos del Instituto Nacional de Migración, en 2002 se deportaron 583 mil 408, de los cuales 219 mil 250 por BC y 184 mil 888 por Sonora; y en 2007: 174 mil 472 por Sonora y 213 mil 180 por BC, de un total de 513 mil 014. Juntos ese año reciben el 75. 5 por ciento de las deportaciones. Otros estados son Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila en menor proporción.

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) informó que México ocuparía este año el último lugar de crecimiento en la región, con un 2.5 por ciento, cifra que ya cayó hasta el 1.8 por ciento, por debajo de Haití el país más pobre de la región.

El impacto de la crisis económica de Estados Unidos sobre México se empieza a resentir. Se estima que haya la quiebra de más de 40 mil empresas en el país. Se anuncian recortes de personal en empresas que buscan de esa manera sobrevivir, lo que se reflejará en una mayor explotación de los que permanecen laborando. Trabajadores de maquiladora locales informan que existe un recorte de personal en sus fábricas y es muy posible que haya empresas que simplemente cierren. Eso significará un aumento del desempleo en la región. Se estima que lo mismo sucederá en el sector del turismo, muy importante para el estado.

Según cifras de INEGI de octubre 2008, el 4.25 por ciento de la población económicamente activa (PEA) en el país está en el desempleo, casi dos millones de personas (el más alto en ocho años). Por su parte el IMSS da cifras difundidas este mismo mes que indican que en Baja California en 2008 se han perdido 12 mil empleos formales,

En Baja California, como es de conocimiento público, existen una cantidad numerosa de “familias transfronterizas” y existe el riesgo de que muchos nativos de este estado que viven y trabajan en EE.UU sean deportados. No se está preparado para recibirlos y darles un trabajo digno, ni a los miles que puedan quedarse en este estado aun cuando no es el suyo, al ser deportados.

¿Cómo se encuentran nuestros migrantes hoy en los Estados Unidos?

La población de origen latino en EE.UU es de 47 y medio millones (15.1 por ciento de la población) y desde el año 2000 constituyen más de la mitad del crecimiento poblacional, le llaman la “nueva piedra de toque demográfica”; ahora son más por incremento natural (nacimiento menos muertes) que por migración Casi uno de cada 5 (19 por ciento) será inmigrante en 2050 (Pew Hispanic Center, 2008).

El año 2006 fue el año de la revelación del poderoso movimiento de trabajadores inmigrantes por la amnistía que tanto nos admiró. En ese movimiento tomó fuerza la idea de que los trabajadores inmigrantes, con documentos o sin ellos, son parte de la clase trabajadora de Estados Unidos, por lo que reclaman todos sus derechos. Hoy está desatada una campaña inhumana contra ellos que lo mismo deporta y encarcela que separa las familias y viola derechos humanos y laborales de los inmigrantes con documentos y sin ellos. Hay estimaciones de que serán dos millones de inmigrantes en los próximos años los deportados. ¿Cómo atenderlos? Calderón programa recibirlos con empleos dignos, dice, en un horizonte de dos millones de desempleados.

La realidad es que no quieren acabar con la inmigración, lo que quieren es regular el mercad laboral a su favor; quieren a los migrantes solos y desprotegidos, no con sus familias y exigiendo derechos

Toda la fuerza del movimiento inmigrante en Estados Unidos y sus aliados, sindicalistas y juventud estadunidenses se orienta hoy a detener las redadas que se hacen en los centros de trabajo de una manera antes nunca vista y a exigir la legalización de todos los inmigrantes sin documentos. Poco a poco va cobrando fuerza una corriente sumamente interesante que cuestiona severamente las raíces de la migración y su consigna es “Por el derecho a no emigrar, a quedarnos en nuestras tierras”, que llama a la anulación del TLCAN y grita a voz en cuello la responsabilidad de los gobiernos de México y de Estados Unidos, que crearon las condiciones que los obligaron a emigrar con su política económica y social aplicada. Que se opone a la implementación del Programa de Trabajadores Huéspedes, al que comparan con la esclavitud.

¿Qué les ofreció el agonizante gobierno de Bush y fue aceptado por su contraparte mexicana? El Programa de Trabajadores Huéspedes. El estudio del Southern Poverty Center señala que aun cuando no se difunde públicamente, ya existe en EU el Programa de Trabajadores Huéspedes conocido como H-2. Son trabajadores jornaleros no especializados que se encuentran social y geográficamente aislados, programa del que dice Charles Rangel, presidente del Comité de Medios y Arbitrios del Congreso: “…es lo más cercano a la esclavitud que he visto”.

Esa es la oferta a nuestros trabajadores, y es el programa que ya han aprobado Calderón y Leonel Godoy, gobernador perredista de Michoacán —uno de los estados más expulsores de migrantes.

Por su parte ¿qué se puede esperar del actual presidente estadunidense Barack Obama?

Lo que sabemos es que votó a favor de la construcción del “muro del oprobio” y del incremento en la Guardia Nacional y la Patrulla Fronteriza, que votó a favor de la Ley “Kennedy-McCain” (que al final no se aprobó) que dejaba intactos muchos elementos antiinmigrantes de la propuesta de Ley Senzenbrener que criminalizaba la inmigración, y que está de acuerdo con el Programa de Trabajadores Huéspedes. Lo interesante es que el 21 de enero, un día después de que tomó posesión de su cargo, el movimiento Pro Inmigrante organizó una manifestación en Washington para decirle que la comunidad latina votó por él para obtener una reforma migratoria justa y humana. Y que esperan que cumpla con esta expectativa.

Conclusiones

Al final una cosa sí es clara. Urge un cambio radical de la política económica que continúa aplicando los planes de ajuste estructural de 1982 a la fecha, que implique romper con las instituciones de la mundialización: FMI, BM, OMC.

Es imprescindible la anulación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que ha aprisionado a los trabajadores de los tres países y destruido la economía, y una política de desarrollo del país que incluya el desarrollo del mercado interno (si todo va a la exportación, entonces no importa que se caigan los salarios) que vuelva innecesaria la migración.

Consolidar a la agricultura aumentando su presupuesto, generando empleos dignos, ya que abarca a una población de más de 20 millones de mexicanos y terminar con la dependencia alimentaria, que sea una palanca del desarrollo nacional y un pilar de nuestra soberanía. El motor del desarrollo nacional debe ser la industria petrolera, impidiendo en absoluto su privatización.

La recuperación para la nación de las empresas y servicios públicos que se privatizaron (tierras, minas, puertos, aeropuertos, aduanas, telecomunicaciones, ferrocarriles, carreteras, pensiones de los trabajadores, entre otras) el fin de la represión de los movimientos sociales contrarios al régimen, la independencia de los sindicatos para que verdaderamente representen a los intereses de los trabajadores.

En fin, la existencia de una sociedad democrática que respete y defienda la soberanía nacional y los intereses del pueblo trabajador.

************

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

%d bloggers like this: